Gonzalo Restrepo Sánchez
Con el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), en la década de los años cuarenta hay que repetir un criterio inicial: un enorme vacío a la hora de buscar la primera experiencia de filmación sonora en el Caribe colombiano, por cineastas caribeños y, sobre todo, esa primera partitura regional escuchada en el cine. Restrepo (2003) afirma: “Al no hallar dato alguno en este sentido, se debe aceptar el noticiero de los Acevedo. En el año de 1941 filman la visita a Colombia del presidente peruano Manuel Prado Ugarteche. El canciller colombiano de entonces, Luis López de Mesa, lo recibe en Barranquilla” (p. 57).
En esa búsqueda, Restrepo (2003) continúa:
Las melodías más bailables en el Caribe colombiano por aquella época eran Qué vivan los novios, de Emilio Sierra, Se va el caimán (1943), de José María Peñalosa. En los años posteriores fueron éxito: Micaela, de Luis Carlos Meyer, El gallo tuerto, de José Barros. En el año de 1947, todos los colombianos bailaron el porro Carmen de Bolívar, de “Lucho” Bermúdez. (p. 63).
De todas formas, en los años diez, ya Ciénaga se consolidaba como una ciudad cinéfila, pues existían las salas de cine
De todas formas, el Caribe colombiano ha dado [y seguirá dando] la música que usted quiera. Y es que escribiendo acerca de orígenes, pioneros, etc., el compositor y musicólogo costeño Alfonso de la Espriella, afirma que se podría pensar en conceder a Ciénaga el justo título de la Cuna de la Música de Colombia. Desde sus orígenes, Ciénaga fue musicalmente privilegiada y, como sostienen algunos expertos, fue sede del primer Conservatorio de música.Correa Díaz-Granados (2001)insinúa: “aquí funcionaba también la Academia de Músicos Alemanes, La escueladel profesor Benjamín Ezpeleta (curazaleño), la Escuela de Guillermo Cuat Sille (riohachero) en 1913 y el Centro Artístico Musical de Ciénaga, dirigido por Rafael Vélez Gómez” (p. 4).
De todas formas, en los años diez, ya Ciénaga se consolidaba como una ciudad cinéfila, pues existían las salas de cine. Incluso, fue en esa locación del Caribe colombiano donde se estrena el famoso filme colombiano Aura o las violetas (Vincenzo di Doménico, Pedro Moreno Garzón, 1924). Pero volviendo a la idea madre de este artículo, si bien hubo grandes compositores que extendieron por el mundo sus partituras y letras, no deja de ser menos interesante la investigación sobre el primer tema caribeño llevado al cine [nacional o internacional].
Ese primer tema del Caribe colombiano llevado al cine y que fue más allá de nuestras fronteras se titula: Se va el caimán y se puede escuchar en la película mexicana Pasiones tormentosas (Juan Orol, 1945) [otros investigadores señalan 1946], canción interpretada por el cantante cubano Kiko Mendive, que también cantó Me voy pa’ Cataca* —más tarde grabado por La Sonora Matancera como Me voy pa’ La Habana—, todo compuesto por el barranquillero José María Peñaranda. La película es estelarizada por la bellísima bailarina y actriz cubana María Antonieta Pons
Otra composición, y lo digo por las fechas establecidas, se puede verificar en la película rodada en blanco y negro Pueblo, canto y esperanza (Alfredo B. Crevenna, Rogelio A. González, 1956), otro filme mexicano donde se escucha otra canción caribeña colombiana y que un jueves 21 de octubre de 1982 con la noticia que Gabriel García Márquez había ganado el Premio Nobel de Literatura; Emilianito Zuleta interpretó la más grande obra musical de nuestro folclor: La cumbia sampuesana de la autoría del maestro José Joaquín Bettín Martínez. Película que consta de tres anécdotas. En el episodio mexicano, Pedro Infante habla del amor y el honor, siendo un simple hombre rural. El resto lo complementan un episodio cubano dirigido por Julián Soler y el episodio colombiano dirigido por Alfredo B. Crevenna.
En Mares de pasión (Manuel de la Pedroza, 1961) al barranquillero Mario Gareña se le escucha cantar a bordo del vapor David Arango por el río Magdalena, y de igual forma en la película Cumbia (Zacarías Gómez Urquiza, 1971 [o 1973]). Todavía la tarea es inmensa por seguir descubriendo esa relación del cine con nuestra música [y caribeña], por lo pronto ya lo dijo Federico Nietzsche: “La vida sin la música es un error”.
(*) Corregimiento de Pueblo Viejo (Magdalena), el cual está a 45 minutos cruzando en lancha el espejo lagunar. En Trojas de Cataca, como también se le conoce, la mayoría de sus casas están montadas sobre estacas de mangle y el resto a orillas del río, entre el mangle.
Restrepo Sánchez, G. (2003). Breve historia de los cineastas del caribe colombiano. Barranquilla (Colombia). GRS Editores.
Correa Díaz-Granados, I. (11 de octubre de 2001). Ciénaga, capital musical de Colombia. El Heraldo Dominical, El Heraldo, p.4