Verónica Salazar
Colombia es uno de los pocos países de Latinoamérica que se esfuerzan por estimular la producción de nuevos medios que promuevan la interacción con los usuarios y expandan los contenidos, más allá de lo audiovisual tradicional. Paradójicamente, también tiene una industria centrada en emitir productos, más que en preservarlos y adaptarlos a las audiencias. En la edición número 31 de Cuadernos de Cine Colombiano: Experiencias Cinemáticas se construye una nutrida discusión alrededor de un tipo de producto audiovisual que está en veloz desarrollo; tanto que aún no hay consenso en la academia ni en la industria para algo tan aparentemente simple como nombrarlo.
En el sector nos encontramos con experiencias transmedia, inmersivas, interactivas, adaptativas, expandidas y con otras formas de nombrar los nuevos medios digitales que, desde 2010, comenzaron a producirse de forma relativamente prolífica en el país. Se trata de productos audiovisuales que van más allá de la linealidad de la historia y buscan otras formas de entregar contenido al público. El panorama audiovisual colombiano tiene mucho por desarrollar, pero en esta recopilación de ensayos descubrimos dónde está el potencial y cómo podemos encaminar mejor los esfuerzos que se están haciendo en materia de producción, distribución, financiación y revisión académica. Si bien hay quienes afirman que aún no hemos visto El Ciudadano Kane de la realidad virtual, no es poca la exploración que hemos logrado a nivel nacional, teniendo en cuenta los alcances de nuestro mercado.
Se ha partido desde el documental, el periodismo, las series web, los videojuegos y otros formatos para expandir la experiencia narrativa y llevarla al plano digital e interactivo, hasta el punto en que los realizadores en Colombia han trabajado de manera interdisciplinaria –como debería ser– basados en protocolos de interacción fundamentados en neuropsicología y neurociencia, buscando que el cerebro humano crea que está en otro cuerpo, viviendo la historia que narra el producto o la experiencia de realidad virtual. Y no solo existen producciones, sino también un mercado de distribución que promueve estos proyectos, así como estímulos que otorga el Ministerio de Cultura (aún de forma insuficiente) y nuevas conexiones entre el ámbito digital y lo análogo.
Con lecturas desde la arqueología de los dispositivos intermediales en Latinoamérica –como títeres y escenarios dramáticos– hasta una revisión del panorama del mercado audiovisual expandido en Colombia y cómo podemos seguir nutriéndolo, este número aborda los nuevos medios como una oportunidad de industrialización, pero también como una forma de trabajo social que puede impactar directamente a las comunidades. En las entrevistas a Laura Colmenares, Elder Manuel Tobar, Marcela y Maritza Rincón y Daniel González, dicen los realizadores, que la mayoría de producciones que hacen van dirigidas a población rural, donde no se cuenta con los dispositivos digitales necesarios para visualizar correctamente los proyectos. Esto sienta una problemática de producción y distribución, la cual no se enfoca en los intereses de los territorios como audiencias, sino que sigue poniendo a las comunidades como objeto, antes que como sujeto.
Con lecturas desde la arqueología de los dispositivos intermediales en Latinoamérica –como títeres y escenarios dramáticos– hasta una revisión del panorama del mercado audiovisual expandido en Colombia y cómo podemos seguir nutriéndolo, este número aborda los nuevos medios como una oportunidad de industrialización.
La discusión que se logra también plantea un reto de preservación patrimonial digital, pues 56 de los 136 proyectos intermediales realizados en Colombia entre 2009 y 2020 ya no están disponibles, debido a que fueron creados con Flash, una tecnología que hoy ya no existe. La única iniciativa mapeada que busca alojar, exhibir y difundir proyectos transmedia en Colombia es RTVCPlay, donde se pueden visualizar casos de estudio como El Cubo: Historias tridimensionales, el cual es analizado por uno de los autores.
En medio de una crisis de los medios tradicionales, donde estos ya no son legítimos, tras una pandemia que aceleró este proceso, con la entrada al sector de plataformas OTT que lideran el sector, cuando las personas leen menos pero escuchan y ven más contenido, se hace urgente discutir alrededor de qué formas de expresión queremos fortalecer e impulsar, lo cual permitirá crear mercado, nuevas dinámicas de distribución y preservación y, finalmente, de qué manera estas podrán impactar a las audiencias.
Cuadernos de cine colombiano No.31 – Experiencias cinemáticas. Cinematica Distrital. 2021 Nueva época. 89 p.