Gonzalo Restrepo Sánchez*
“¿Qué es un mundo sonoro naturalista? En el cine, esto, en cualquier caso, es algo inimaginable, pues en una toma tendrían que existir simultáneamente pasos, ruido, fragmentos de palabras, viento, ladridos, gallinas, etc. Todas estas imágenes fijadas en una toma tendrían que expresarse también de modo adecuado en el fonograma”.
–Andréi Tarkovski–
Si nosotros los seres humanos que podemos ver, nos formuláramos: ¿Si la imagen-visual no nos permite una cierta filosofía del sonido? ¿Qué se oye? ¿Qué se ve? Vamos a ambicionar revelar estas incógnitas a través de la película hoy elegida. Primero, creemos alguna introducción sobre la teoría cinematográfica que funcione como un soporte emocional.
Arroyo (2021) certifica. «[…] el “ver” tiene primacía sobre el “escuchar”, y esto se vuelve especialmente vigente en nuestra época, cuando la actividad más cotidiana es estar detrás de una pantalla a través de la cual percibimos la realidad» (p.12). Si bien no hay nada qué discutir al respecto, la película que hoy nos ocupa empieza con un fundido a negro y abre a la imagen de unas manos [del joven uruguayo Juan Pablo Culasso] frente a un piano, tocando algunas notas y respondiendo en su misma sonoridad a la que incumbe a un pájaro que él escucha, ya que no lo puede ver (ni nosotros) por su ceguera.
En ese contacto entre el ave y el ciego; a partir de las imágenes rodadas, se abre todo un mundo de filiación por parte de él sobre los diferentes sonidos de aves del entorno –que no se ven, pero están ahí– para grabarlas. De manera que este documental ¿A qué suenan tus ojos?, dirigido y escrito por Ana Cristina Monroy [y con la cinematografía de Pablo Tobón Gallo], nos permite exteriorizar sin temor a equivocarnos que logra un retrato intimista de Juan Pablo, revelándolo como un artista que ha llenado de poética y plenitud su infranqueable virtud de identificar el ave de turno por su simple trisar o grajear. Además, es un filme en clave de road movie que franquea la selva amazónica, su agua, etc., a lo largo de varios días por nuestra profunda Colombia.
Y así transitamos esta película que, aparte de sus enseñanzas [como corresponde a todo documental que se precie de tal]; deja un debate en torno a los sonidos diegéticos. Si bien Bazin piensa que lo fundamental del arte cinematográfico radica en lo visual y deja en un papel secundario al sonido como un desnudo de complementariedad en el caso del sonido no diegético; no obstante, el propio Bazin deja en claro que el sonido diegético es de básica escala en tanto que beneficia al filme en el añadido de lo que él denomina “coeficiente de realidad”, entendido como una trascripción con la máxima fidelidad, no posible sino real.
…es un filme en clave de road movie que franquea la selva amazónica, su agua, etc., a lo largo de varios días por nuestra profunda Colombia.
Y es que la película de la cineasta Monroy, sin sonido extradiegético alguno, ni de la música como tal [ya que en los escasísimos fragmentos musicales se ve el órgano musical que lo produce], confiere en términos cinematográficos toda ausencia de retórica; y al personaje que es el motor de la historia: su talentoso semblante y sentir frente a las actuaciones del graznar musical de todas las aves posibles de un hábitat en paz, y que no renuncian ser testimonios líricos de la variedad musical-sonora por las que tienen que coexistir. En estos momentos de la cinta se llega siempre a esos puntos de empatía sonora.
Además, todo gira alrededor de un joven carismático, con discapacidad, quien, al mismo tiempo, no quiere visibilizar que lo es, y así lo expresa tácitamente en la película, y no precisamente a través de la búsqueda de las imágenes perdidas. Baudrillard (1990) sustenta: el secreto de la imagen […] no debe indagarse en su diferencia con la realidad, y como resultado en su valor específico (estético, crítico o dialéctico), sino por el contrario; en su «mirada telescópica» a la realidad, su cortocircuito con ella, y finalmente, en la implosión de imagen y realidad.
Cuando hablamos de cine, lo más normal es hablar de imágenes en este siglo preferentemente visual. Mucho [o algo] hay de Byung-Chul Han y su La salvación de lo bello para el filme hoy analizado. Asimismo, está [y queda vigente] la asignatura de la imagen-sonora en este documental de América Latina para el resto del mundo. Además, ese sonido diegético [selvático, natural, puro que emana de nuestra selva amazónica] que no nos limita, y lo más probable es que sea un arraisonement [vocablo nacido en el siglo XIX], pero en el justo sentido alegórico de «abordar [un navío] para su reconocimiento».
Entonces, si consideramos La salvación de lo bello, todo dispone una distancia contemplativa. Hegel (1989) afirma. «[…] el arte tiene un sentido, restringe lo sensible del arte a “los sentidos teóricos, el de la vista y el del oído”» (p.40). Quizá en ¿A qué suenan tus ojos? se tenga mucho más que analizar sobre temas, además cotidianos no imaginarios. Pero durante toda su proyección, el tiempo y la imaginación, pero sobre todo el sonido como tal; no aprueban descubrir un material condescendiente con el que dar forma a esa otra retórica expresiva y, por consiguiente, cercana del cliché [interacción manifiesta entre realizador y sujeto].
Cuando hablamos de cine, lo más normal es hablar de imágenes en este siglo preferentemente visual.
En esencia, las coordenadas contemplativas [e introvertidas] de Juan Pablo Culasso, sin esa búsqueda a veces extraña de espacios que se entrecortan en capas de montaje en posproducción, prosperan de un ensimismamiento que encapsula la obsesión de su protagonista, un tanto por el sonido de las aves. Conclusión de esta película que bien vale la pena ver. No se trata de tapar la narración con un dispositivo más o menos explícito [como el del sonido], sino en utilizar ese mecanismo como creador de formas y emociones narrativas. La imagen oscurece a negro y aparecen los créditos finales de la película.
* Escritor, periodista y crítico de cine
Bibliografía
Arroyo, A. (2021). La expresión sonora en el cine [Tesis Maestría]. U. Autónoma de Puebla.https://repositorioinstitucional.buap.mx/bitstream/handle/20.500.12371/14536/20210519140023-4122-T.pdf?sequence=1
Baudrillard, J. (1990). La transparencia del mal. Editorial Anagrama.
Hegel, G. (1989). Lecciones de estética, vol, I. Barcelona Edicions.