Nicolás Viana García
La edición número 34 de los Cuadernos de cine colombiano, publicada por la Cinemateca de Bogotá y el Instituto Distrital de las Artes (IDARTES), tiene como temática la dirección de actores. La edición está a cargo de la realizadora de cine y televisión Libia Stella Gómez, quien dio vida a los largometrajes La historia del baúl rosado (2005), Ella (2015), Arista son (2011), Un tal Alonso Quijano (2020) y Coraje (2023), también a los seriados El rastro (2021) y Los caídos (2023). Como guionista, Libia ha escrito la serie Anímate a la verdad (2022), la segunda temporada de la serie Érase una voz (2022) y el largometraje animado Por un plato de sopa (2023). En la parte académica suma un magíster en Teoría e Historia del Arte y Arquitectura, tiene un Doctorado en Arte y Arquitectura y se desempeña como docente en la Escuela de Cine y Televisión de la Universidad Nacional.
En esta edición de los cuadernos del cine colombiano los artículos plantean un debate sobre los tipos de actores y métodos de actuación que hay en Colombia, tanto en el teatro como en el cine, se explora el proceso del casting, el cómo se dirige a los actores, la historia de los actores naturales en el país y los dilemas éticos y estéticos de los actores no profesionales. Por medio de entrevistas y conversaciones con actores profesionales y naturales, Libia Stella Gómez explora cómo es la relación actor-director en el set, lo que pasa después de la grabación de la película y cuál es la percepción que los actores profesionales tienen sobre los actores naturales. La primera parte, correspondiente a los artículos, cuenta con la participación de Fabio Rubiano (dramaturgo, director y actor), Juan Pablo Félix (director de cine y director de casting), Jerónimo Atehortúa (director, productor y guionista de cine), Oswaldo Osorio (historiador y crítico de cine) y Diana Bustamante (directora, productora y programadora de cine). En la segunda parte, las entrevistas tienen como invitados a los actores Dylan Felipe Ramírez (Un varón), Carolina Ramírez (Niña errante), Sandra Melissa Torres (Amparo) y Carlos Hernández (Mateo), en la parte final Libia Stella Gómez conversa sobre los actores naturales con Diana Ángel y Julián Román quienes pertenecen a la Asociación Colombiana de Actores (ACA).
Fabio Rubiano hace un breve recorrido en la historia de la actuación en Colombia, comienza con los dos tipos de actuación que se dieron en los inicios del teatro colombiano, de la llegada del cine al país, de los paradigmas y choques que surgieron en los actores, directores y pensadores del teatro que vieron al cine como amenaza y oportunidad, lo que dio paso a una cuestionada relación entre el teatro-cine, no deja por fuera al púbico que cambia continuamente de gustos, la demanda por ver obras clásicas cambió por ver unas obras más realistas y naturalistas, para hoy plantea que tanto las academias de actuación y los actores tienen que ser más creadores que intérpretes y considera que la creación es un principio fundamental de la actuación.
Fabio Rubiano hace un breve recorrido en la historia de la actuación en Colombia, comienza con los dos tipos de actuación que se dieron en los inicios del teatro colombiano, de la llegada del cine al país …
Juan Pablo Félix, en su artículo sobre el proceso del casting, expone lo difícil que es seleccionar a los actores para una película porque no hay un método formal, existen muchas maneras de hacerlo. Para el caso de Colombia, los principales referentes vienen de las tendencias estadounidenses y de Europa del Este. Resalta que el proceso del casting puede tener consecuencias psicológicas sobre los actores, porque para ellos no siempre es fácil lidiar con el rechazo, a veces son tratados más como objetos que como personas, por esto empiezan a aparecer directores que se enfocan en hacer un proceso de selección diferente, se encargan de toda la fase, a los actores profesionales se les escoge porque se crean los personajes para ellos o por la trayectoria, a los naturales se les encuentra en la realidad que más se aproxime al universo de la película, sugiere un ideal donde la industria se preocupe un poco más por el proceso creativo, donde el casting sirva para fortalecer a los artistas.
Jerónimo Atehortúa hace énfasis en la dirección de actores, pone de manifiesto las dos actuaciones que se dan en el cine de autor colombiano, en una los actores, al igual que en la danza, usan su cuerpo y el mutismo para narrar, en la otra, los diálogos toman un valor determinante. Siempre se ha dicho que el cine son acciones, sin embargo, también es un espacio para que la palabra aparezca o desaparezca, se puede narrar con un cuerpo en movimiento que va de un lugar a otro, con un rostro en silencio o con alguien que hable dentro del plano o fuera de él, cuestiona lo que significa ser actor natural, busca la respuesta en un diálogo con el cineasta Víctor Gaviria cuyas películas se caracterizan por representar historias realistas con personas de la realidad, donde las experiencias personales de los actores naturales son clave en la construcción del relato, el cine y la palabra van de la mano, el cine es una fuente de donde emerge la voz para ser escuchada.
Oswaldo Osorio repasa la historia del cine colombiano donde estudia el rol de los actores naturales, quienes siempre han estado presentes desde la invención del cinematógrafo y del kinetoscopio, aquí hace la diferenciación entre quien es un actor natural y quien un actor no profesional porque el origen del cine en Colombia se caracteriza por la ausencia de actores profesionales, algo que ha permitido darle identidad al cine de autor nacional. Con Víctor Gaviria se tiene el principal director de cine que labró ese camino de los actores naturales, su obra ha servido de inspiración para los nuevos directores que buscan al actor documental, a esa persona real cargada de vivencias semejantes a las de los personajes ficticios, aunque existen otros directores que optan por hacer una amalgama al emplear actores profesionales y naturales, lo que significa una mayor riqueza para el realismo. Actualmente, debido a la creciente producción cinematográfica en Colombia, ha aumentado la necesidad de contar con los actores naturales, esto llevó a que varios profesionales en casting y dirección de actores se hayan preocupado por especializarse en este campo de la actuación.
Actualmente, debido a la creciente producción cinematográfica en Colombia, ha aumentado la necesidad de contar con los actores naturales …
En su texto sobre el dilema ético y estético de los actores no profesionales, Diana Bustamante reflexiona sobre las consecuencias de trabajar con este tipo de actores, si bien hay un gran interés por parte de fondos locales e internacionales (principalmente europeos) en financiar, promocionar, exhibir y distribuir las mal llamadas “películas de festivales”, se percibe que hay una tendencia sobre los géneros, estilos, personajes e historias seleccionadas, se condicionan al mismo tiempo las formas de representación por cómo se cree (en Europa) que es Latinoamérica y no se fomenta la posibilidad de hacer películas de otros géneros. La identidad del cine nacional se construye, desafortunadamente, bajo la legitimización del extranjero que encuentra exotismo en la ficcionalización de las duras realidades, los creadores y productores de cine colombiano se inspiran en esas vidas reales con el deseo de tener una gran película para comercializar, no obstante, los actores no profesionales traen consigo sueños e ideas sobre el cine y, desafortunadamente, rara vez se les cumplen, después de la producción, ellos regresan a sus vidas cargadas de traumas del pasado y llenas de obstáculos en el presente, se debe poner en práctica la autocrítica para superar las tendencias del mercado y mejorar las prácticas que traen efectos negativos tanto en los actores no profesionales, como en el equipo de producción.
Al final de la publicación, Libia Stella Gómez y Fernando Camilo Garzón entrevistan a actores profesionales y no profesionales para acercar a los lectores a esa relación que se da en el set entre el actor y el director, donde se pueden apreciar las diferentes formas de dirigir, cómo es el proceso de trabajar con los actores naturales, que llegan con una idea casi siempre errada de lo que significa el cine colombiano, y con los profesionales, que tienen una larga formación y deben soportar varias veces la recriminación por no saber actuar natural, entonces, en una conversación que tienen con Diana Ángel y Julián Román, se hace evidente un problema entre los actores profesionales y los directores de cine independiente, los primeros están dispuestos a escuchar y los segundos solo quieren ordenar, el cine de autor colombiano en la mayoría de los casos deja por fuera a los actores con formación que reclaman inclusión y dignidad por su labor.
Hay algo muy valioso en esta edición de los cuadernos de cine colombiano, todo se centra en los métodos de dirección y actuación que se han dado en el país, obviamente hay una influencia de los grandes dramaturgos (Stanislavsky, Chejov, Bresson, entre otros), sin embargo, los artículos son una mirada autocrítica a nuestra identidad cinematográfica, a nuestra historia de la actuación y dirección de actores, lo que genera un debate sobre la forma en cómo se hace el cine y los tipos de películas resultantes, el texto en sí no es un manual, ni una guía, es una reflexión sobre algo que no se enseña, como dice Libia Stella Gómez, la dirección de actores es un reto y es un tema con final abierto para futuras discusiones. Esta publicación merece ser leída por todos los cineastas profesionales y los estudiantes que están en curso de ser los futuros directores, productores y actores, no solo de aquí de Colombia, también los que habitan en otras latitudes a la espera de ver las producciones realizadas en el país.