Óscar Iván Montoya
El terror es tan cotidiano en Colombia, está tan extendida su macabra presencia, que no ha tenido la oportunidad de mostrarse masivamente en pantallas. Salvo casos aislados como los trabajos del Grupo de Cali, en especial Pura sangre (1982), de Luis Ospina, y Carne de tu carne (1983), de Carlos Mayolo, y las pesadillas cinematográficas del “maestro del terror a la colombiana”, el también caleño Jairo Pinilla, el cine de género fue poco frecuentado por nuestros pioneros y solo hasta el final del siglo anterior resurgió de la mano de otro caleño, Jorge Navas, y su cortometraje Alguien mató algo (1999), seguido de manera intermitente por producciones como Al final del espectro (2007) y El Páramo (2011), del fallecido Jaime Osorio Márquez.
Ahora, en la tercera década de los dos mil, surge una nueva camada de cineastas interesados en un amplio abanico de propuestas cinematográficas, entre los que se destaca Jeferson Cardoza, quien con sus dos trabajos Veintiocho de mayo (2017) y Paloquemao (2023), explora lo que podría ser un nuevo género llamado “gótico popular”, una mezcla de personajes inspirados en la cultura popular que toman características de géneros del cine como el terror, la ciencia ficción o el suspenso. Pero no toda la vida de Jeferson estuvo marcada por su pasión por el cine, antes que el cine, su vida estuvo signada por la ludopatía, pasión en la canalizó, durante algunos años, todo el ímpetu y creatividad de la que estaba dotado. No le llamaban la atención ni los libros ni el cine ni el arte. Lo único que quería era trabajar en la plaza de Paloquemao, para conseguir más dinero que ese mismo día gastaría apostando en el dado o al carisello.
Gracias a la afortunada intervención de su padre y el percatarse de que no hace falta irse lejos de la ciudad natal para descubrir que se puede hacer cine en las esquinas más familiares, y que el terror habita en lo más tradicional, surgió la chispa creativa que da vida a sus trabajos cinematográficos, en los que cohabitan vampiros, sayayines, los bajos fondos barriales, los traficantes de sangre, los vendedores de riegos, las casas de tortura, los jibariaderos y las plazas de mercado.
Me gustaría que comenzáramos hablando sobre el concepto de gótico popular, que engloba tus dos primeros trabajos, tanto Veintiocho de mayo como Paloquemao, donde se nota pues como la marca en el orillo, como se diría, de lo que es el gótico popular. ¿Cuáles son los componentes de esta etiqueta? ¿Cómo fraguaste esta propuesta? y bueno, me parece muy refrescante que se le dé en Colombia la oportunidad a lo que se llama muy esquemáticamente cine de género.
Bueno, sí, como tú dices, yo tengo dos cortometrajes como director y otro cortometraje como productor. Mi primer corto fue Veintiocho de mayo, que cuenta la peripecia de un alma que trata de escapar de una casa de tortura del Bronx en Bogotá, y no lo puede hacer, después llega Paloquemao, que la historia de un vampiro en la plaza de mercado de Paloquemao, donde yo tuve la fortuna de crecer, y te cuento esto primero porque, pues de verdad, este concepto del gótico popular, o este término es algo que hemos ido explorando en estos dos cortometrajes, pues sin quererlo, honestamente como que Veintiocho de mayo sí tiene como ese tinte, pero ya cuando llegó Paloquemao, y como que ya va uno aprendiendo, viendo referentes, estudiando un poco más. Lo que pasó fue que en determinado momento le mandamos el guion a un director de arte de Cali, y el man nos dio un feedback, y en ese momento él nos dijo como “uy esto parece gótico popular, está muy chévere”, y fue así que este man nos definió, como que nos dio una idea muy poderosa que yo dije, esto toca como aprovecharlo y explorarlo, y después en el proceso creativo de Paloquemao, y ya viendo lo que habíamos hecho, era como seguir explorando este concepto del gótico popular, que es un poco traer estos elementos del cine de género y el cine de terror clásicos a nuestra cultura popular, y uno se pone a mirar, digamos un ejemplo, yo que crecí en la plaza de mercado de Paloquemao, y a las personas que van a hacer compras y todo, uno se da cuenta que allá funciona este puesto que vende hierbas, que es como misterioso, en donde ocurren cosas como estas vainas de los riegos, tenemos muchos mitos, muchas leyendas en nuestro país, entonces es como tratar un poco de apropiarnos de nuestras historias, como hicieron la gente del Grupo de Cali con el gótico tropical. El gótico popular es poder utilizar nuestra ciudad, a Bogotá, como punto de creación, trayendo a este escenario este tipo de historias del cine de género y el cine de terror.
Lo que pasó fue que en determinado momento le mandamos el guion a un director de arte de Cali, y el man nos dio un feedback, y en ese momento él nos dijo como “uy esto parece gótico popular, está muy chévere”, y fue así que este man nos definió …
Jeferson, y ahora que menciona lo del gótico tropical, que fue la propuesta de lo que conocemos como Caliwood o el grupo de Cali. ¿Cómo se entronca tu trabajo del gótico popular con la propuesta de estos mamagallistas geniales que fueron Luis Ospina, Carlos Mayolo, y un poco en la literatura Andrés Caicedo? Nos cuentas ¿qué vasos comunicantes existen entre el gótico popular que es tu propuesta de Veintiocho de mayo y Paloquemao y estas películas del grupo de Cali, y en especial Pura sangre, Carne de tu carne y La mansión de Araucaima (1986)?
Obviamente, tú sabes que uno acá en Colombia tiene como estos grandes referentes que son ellos, y también ver cómo, un poco sin querer, mis experiencias me han llevado a contar historias oscuras, historias de fantasía, o ya fuera de terror; entonces en esa exploración de encontrar cómo poder contar mis historias, o proponer mi mirada, pues en el país uno tiene que observar los referentes, y entonces están este grupo de Cali que es obviamente de los puntales más grandes que tenemos nosotros desde el gótico popular, es este gótico tropical, y cómo ellos cogían estas historias muy del momento y las convertían en historias de género, como Pura sangre o Carne de tu carne.
Lo que uno se maravilla es cómo lograron crear este tipo de historias del trópico, ¿si me entiendes?, desde nuestro lugar, porque según se cuenta en el caso de La mansión de Araucaima, todo comenzó porque Buñuel retó a Mutis a contar una historia gótica en el trópico, y pues nació esta película, primero la novela, y que después Mayolo logró crear y generar esta película donde nos damos cuenta que también tenemos como una exploración muy importante sobre estos temas, y además hay algo que he ido observando, y es que tenemos un país, una historia tan de terror, tan oscura, que es muy curioso que acá no se haga más cine de terror, ¿si me entiendes?, donde tenemos monstruos en la monstruosidad, que yo no lo digo en manera mala, sino que es verdad. La pregunta es cómo uno puede utilizar el cine de género para también observarnos, hasta adoptar una postura política.
Lo otro fue que, en cierto momento, aparte de Ospina, Mayolo, en el proceso de investigación, también llegamos a Jaime Osorio como director de El Páramo; a Jorge Navas con este gran corto que se llama Alguien mató a algo, que es un gran referente de mi segundo cortometraje, entonces es comprobar que sí ha habido personas que han querido explorar este universo. Para mí fue muy divertido, la verdad, ha sido muy sorpresivo también esto, que inconscientemente me fue llevando hacia el cine de género y el cine de fantasía. Me doy cuenta que, pues obviamente, acá había unos grandes referentes, y lo más importante, cómo podemos aprender de este legado, y cómo utilizar ese gran cine como referente para crear nuevas películas; un poco es eso lo que ha sido este proceso.
Específicamente, ya hablando de tus trabajos de Veintiocho de mayo y de Paloquemao, ¿cómo se fueron amalgamando digamos estas dos tendencias, por un lado todo lo que tiene que ver con el gótico, con toda su iconografía de fantasmas, de vampiros, un poco el expresionismo con su propuesta de tipo formal, y ya lo que diríamos como el color local, como el enclave en la realidad?, por ejemplo, lo que contaste al principio de haber vivido y haber crecido en Paloquemao, que tu propuesta de tipo gótico no es con los señores vampiros por allá en un castillo o en un sitio así muy recóndito, sino que es en el centro de la efervescencia, en los bajos fondos de las ciudades, ¿cómo fuiste haciendo esa simbiosis entre lo que es la referencia y la iconografía gótica y expresionista y ya digamos lo que tiene que ver con el entorno y el color local que conoces a fondo?
En mi adolescencia, de los trece a los dieciocho, o los veinte años, yo estudiaba en un colegio que quedaba muy cerca al Bronx de Bogotá, entonces yo empecé a ir a ese lugar, y conocí bien el espacio, conocí gente buena y también gente como mala, y lo peor fue que algunos de mis amigos nunca volvieron a salir de este lugar. Entonces yo he contado lo que conozco, ¿si me entiendes?, sobre lo que yo pueda tener una mirada clara, por esa razón puedo contar lo que sucede en esos universos, porque, te digo, que es como que inconscientemente estos sucesos, estas experiencias de mi vida, de mi niñez, de mi adolescencia, de mi juventud, me dan como esa materia prima para contar estas historias.
Dice Guillermo del Toro, que esos momentos malos o esas experiencias malas, se pueden convertir en las grandes premisas de tus películas, entonces lo importante es cómo puedo aprovechar una situación que en un momento determinado fue algo bien denso, y logro sacar algo valioso para contar una historia, algo que también consiga generar una reflexión. Honestamente yo nunca he querido hacer cortos por hacer cortos, y siempre he tenido una propuesta personal y en el fondo política, y ahora que estoy desarrollando mi primer largo, por supuesto que tiene una mirada política, pues yo siento que no más al crear una historia acá en Colombia, desde cierto lugar, uno ya tiene una apuesta política muy clara, ¿si me entiendes?, hablando del Bronx, hablando del mercado, como que eso me parece que es valioso explorar, o por lo menos lo que yo quiero explorar dentro de mi mirada, eso ha sido un poco Veintiocho de mayo, digamos, y lo que tú decías respecto al color local, fue por ahí por donde nosotros llegamos al gótico popular, como digamos en Paloquemao, que es cómo volver a esta plaza de mercado en el castillo del vampiro, ¿si me entiendes?, y cómo cogemos a este vampiro, del que se tiene este concepto tan europeo, y lo convertimos en un vampiro en Colombia, ¿cómo sería un vampiro en Colombia?, nos planteamos el equipo, y concluimos que un vampiro en Colombia no se daría el lujo de no comer, de solo alimentarse de sangre, no se daría el lujo de no salir a la luz del sol, no se daría el lujo de no tener contacto con el ajo, o no se daría el lujo inclusive de no poder ver imágenes religiosas, porque estamos en un lugar en el que la iconografía es tan fuerte. Llegamos a la presunción, que si eres un vampiro acá en Colombia tienes que sobrevivir, como nos toca a muchos, entonces la tarea era cómo apropiamos de este personaje de la mitología europea y lo ponemos acá.
… un vampiro en Colombia no se daría el lujo de no comer, de solo alimentarse de sangre, no se daría el lujo de no salir a la luz del sol, no se daría el lujo de no tener contacto con el ajo, o no se daría el lujo inclusive de no poder ver imágenes religiosas …
Hace un tiempito, bueno en diciembre en Bogotá, me reuní con Abraham, que es un señor mexicano que es programador en Mórbido, que es un festival de cine de género en México, y conectamos muy bien, por lo que también le gusta el género, y él me contaba un poco que esta idea del vampiro no nació en Europa realmente, que eso nació en la Colonia en América, pues los conquistadores venían con algunas personas que hacían crónicas, y ellos veían que acá habían caníbales, ¿si me entiendes?, que había gente que se comía a la otra gente, entonces hicieron estas crónicas, volvieron a Europa, las escribieron, y mezclado con mitología de ellos, y de esta semilla se empiezan a crear estos personajes como Drácula, entonces me pareció muy chévere que lo dijera, porque al rato nosotros decimos, no, el vampiro es europeo, pero uno se pone a mirar y pues no, acá también tenemos esta especie de bebedores de sangre, entonces me parece muy chévere poder apropiarse de estos personajes, y poder darle como una mirada propia, como un estilo, pues ese es el ideal, como que de verdad que cuando con el tiempo se vean los proyectos que realicemos, me gustaría que se sienta ese estilo del gótico popular, se sienta un poco cuál era esa mirada de estos personajes, y cómo podemos apropiarnos desde acá de algo que hemos querido llamar, o que se ha querido llamar exclusivo de países como Rumania, que solamente había ocurrido allá.
Ha sido como muy chévere el ejercicio de poder explorar este universo, de poder observarnos, de decir como, bueno, una casa de tortura del Bronx, eso es un castillo también, y conforme uno va subiendo o bajando el monstruo se te aparece , y podríamos decir, desafortunadamente, que muchas veces es el sayayín, es el ser humano, no es como este personaje súper poderoso que se aparece en las películas de vampiros, sino que acá es el sayayín, un monstruo humano, otra persona como uno, entonces también es encontrar esa monstruosidad en esos espacios, y acto seguido lograr retratarla. Entonces ese es el trabajo que hemos hecho, desde Veintiocho de mayo, pasando por Paloquemao, y ahorita con el largo que se llama Salsipuedes, que va por la misma onda.
Y hablando en específico de Veintiocho de mayo, la cara visible del corto es Juan Pablo Barragán, que yo ya lo había visto antes en cine, pues en la peli que mencionaste ahora de Jaime Osorio Márquez, El Páramo, y en La sargento Matacho (2015) ¿Por qué quisiste que él estuviera en tu corto? ¿Había una amistad anterior? ¿Te gustaba su trabajo? ¿O fue ese man con esa cara de Nosferatu que tiene (Risas), que se adaptaba totalmente a tus intenciones? ¿Cómo llegó Juan Pablo Barragán a protagonizar Veintiocho de mayo?
Pues pasó algo muy curioso, y es que este proyecto de Veintiocho de mayo era algo que iba a ser mi tesis de grado en la universidad, pero entonces yo me presenté a Bogoshorts, y gané este premio para poder hacer el primer corto profesional, y cuando yo había hecho el pitch en la universidad, de las personas que más me gustaba era el perfil de Barragán, y no solamente porque me gustara el perfil, a mí sí se me parecía que tenía una cara que iba con lo que yo quería contar. Cuando pasó lo de Bogoshorts, él fue uno de los que me entregó el premio, y yo le dije quisiera hablar contigo, y de una le propuse que estuviera en el corto, porque el resto todos eran actores naturales, y él era el único actor profesional, y lo necesitaba precisamente porque había unas escenas muy densas, como de mucha fuerza dramática, y yo sentía que necesitaba a alguien con experiencia para poder llegar a esos momentos un poco más fácil, porque si yo lo hubiera hecho con un actor natural hubiera sido otra película, y es posible que por mi inexperiencia no hubiera llegado a ciertas cosas a las que Juan Pablo sí llegó.
Al contrario en Paloquemao es diferente, ahí yo sí dije, no, acá quiero medirme más como director, quiero hacer un proceso de trabajo de coach, un trabajo intenso de actuación con ellos durante casi un año antes del rodaje, donde me reunía con ellos cada ocho días o dos días a la semana, y la mayoría eran actores naturales con los que venía trabajando desde Veintiocho de mayo, entonces acá dije no, acá no quiero un actor profesional, por decirlo de alguna manera, un actor conocido, porque siento que la naturalidad de esta película necesita que sean personas de este lugar, si tú miras en Paloquemao, solamente una persona no es de la plaza, el resto todo mundo trabaja en la plaza, todo mundo eran amigos míos de cuando yo crecí, entonces el poder dirigir a personas que inclusive han vivido en el Bronx, personas que estaban llevadas por sus problemas personales, y ver cómo ellos le daban tanta importancia al arte, y que encontraron en la actuación como una nueva faceta de sus vidas, me pareció muy bonito, entonces por eso en Paloquemao decidí que no, que quisiera practicar más, intentar más, arriesgarme y pues salió el corto que viste.
… la mayoría eran actores naturales con los que venía trabajando desde Veintiocho de mayo, entonces acá dije no, acá no quiero un actor profesional, por decirlo de alguna manera, un actor conocido, porque siento que la naturalidad de esta película necesita que sean personas de este lugar …
En resumen, en un corto fue como querer ir a la fija y en el otro querer aprender un poco más, y ahoritica en el largo quisiera como tener un mix de esto, sí quisiera tener un actor profesional, no para protagónico, pero sí que funcione con los no profesionales, pero el resto así actores como con los que he trabajado, que para mí ya no son actores naturales, sino son actores que no son de academia, para mí Heartbreak, interpretado por Harbey, mi amigo, el vampiro malo, para mí es un actor y mucho mejor actor que muchas personas que son de academia, ¿si me entiendes?, y no es porque yo diga que él es actor, porque está haciendo de él mismo, no, él está haciendo de vampiro, haciendo una vaina distinta a su vida. Entonces el hecho de que yo haya trabajado con ellos esta vaina de dirección de actores, de estar trabajándolo con constancia, de estudiarlo con ellos, así yo no sea una academia, pues yo siento que hemos tenido una formación conjunta con este tipo de personas.
¿Y de dónde te levantaste ese capo de Harbey Zamudio, qué jodido casting el de este man, no tanto en Veintiocho de mayo como en Paloquemao, que ya es casi que un coprotagonista, con más presencia, y disfrutamos más de su versatilidad como actor? ¿dónde lo desenterraste? (Risas), ¿era amigo tuyo?
Es chévere que preguntes eso porque Harbey, es como un gran amigo de la vida, él sí tuvo esta experiencia del Bronx, fue una persona que lo vivió, trabajó en este lugar, lo sufrió, lo disfrutó también, pero además de eso, yo lo conocía porque él también él iba a la plaza a vender DVDs, y yo le daba flores, porque antes de estudiar cine lo que hacía era vender flores, a los quince años dejé de estudiar en el colegio, porque yo quería era vender flores en la plaza. Ya después pasaron muchas cosas en la plaza, de donde me tocó alejarme por vicios de apuestas y todo esto. Y un tiempo después fue que llegué al cine, pero entonces lo que recuerdo es que Harbey me cambiaba los DVDs, me acuerdo tanto porque era muy pequeño, pero eran DVDs de películas porno (Risas), me los cambiaba por flores, entonces él compraba los DVDs en Sanandresito, se los regalaban, no sé muy bien cómo los conseguía, me daba a mí los DVDs y yo le daba flores, y con las flores Harbey hacía plata, y era como una vaina así, pero también él en muchos momentos trabajó en este lugar, en el mero Bronx, y ya luego yo hice el teaser de Veintiocho, lo hice con otros amigos, y él me dijo “Jef, ¿y por qué no me invitó a mí si usted sabe que yo conozco ese mundo?” Yo le dije pues que, por lo mismo, porque no sé cómo lo entiendas, o sea, tú eres mi amigo, y yo no quiero ser una persona que te diga venga yo lo cojo, como un vampiro le chupo lo que sabe del lugar, y salgo y me voy, que pasa mucho en muchas películas de muchos lugares del mundo, entonces es más bien por el respeto del ser humano.
Pero bueno, como que él mismo me dijo no, hagámoslo, y pasó que nos fuimos a hacer Veintiocho y empecé a trabajar con él después en Paloquemao, y pues les digo a esas personas que no lo han visto, es un vampiro que se recuerda, ¿si me entiendes?, tú lo ves en Paloquemao y esa cara no se te olvida, y te genera ese terror, es como un vampiro realmente del gótico popular, es así como yo me imagino un vampiro de acá, así como él, así como Angie cuando se convierte, entonces ha sido muy bonito el proceso, él está muy feliz, pues él estuvo en Veintiocho en un papel secundario, pero después en Paloquemao yo lo vinculé, y como te digo, no ha sido solo Harbey, sino varias personas han estado tanto en Veintiocho, como en Paloquemao, porque siento que viniendo de un lugar como un mercado, viniendo de un lugar popular, siento que lo popular también es respeto, no a la manera de venga yo los exprimo, si estoy en la plaza creando una película, ¿qué le dejo yo a la plaza? o yo me llevo todo como vampiro, lo chupo y ¿qué le dejo yo a la plaza?, entonces que por lo menos los niños se involucren en los talleres de actuación que les hicimos, o que aprendan que pueden estudiar otra cosa, o que miren que se puede hacer arte, porque pues yo decía, si yo cuando niño hubiera conocido el cine, o sea, yo desde chiquito hubiera aprendido que se podía hacer cine en Colombia, yo aprendí realmente, yo supe que se podía hacer cine acá en Colombia casi a los veintiún años, que fue cuando queriendo escapar de las apuestas de Paloquemao (pues yo empecé a jugar dado, cartas, carisello, mejor dicho, y empecé a perder mucho dinero), queriendo escapar de esto fue que encontré el cine, y yo pensé juemadre, ¿cómo así que se puede hacer cine acá en Colombia?, entonces me pareció muy curioso, empecé a estudiarlo como con un poco de recelo, como sin creer que fuera posible hacerlo y después me encontré que gracias a las experiencias que había tenido, como que ya había un punto de vista chévere para contar, y pues me di cuenta, acá me da mucha risa (Se ríe), pero dejé las apuestas del dado y carisello, pero ahora le apuesto al cine, que es una apuesta totalmente gigante, ¿si me entiendes?, es como juemadre, pero me parece muy chévere.
… empecé a trabajar con él después en Paloquemao, y pues les digo a esas personas que no lo han visto, es un vampiro que se recuerda, ¿si me entiendes?
Me llamó mucho la atención en Veintiocho de mayo, sabiendo que la historia supuestamente transcurre en el Bronx, y ese es un sitio que ya no existe en Bogotá, ¿cómo fue la labor con la gente de dirección de arte, de diseño de producción, el trabajo con los carpinteros y los constructores, que me parece muy importante, porque digámoslo, en el corto queda una impresión muy vívida, muy, muy intensa de lo que pudo haber sido esa vida allá en el Bronx, para la gente que lo padeció y también que lo disfrutó a fondo?
El Bronx, de hecho, era para mucha gente prácticamente su hogar, para mucha gente era el paraíso, obviamente eso no lo entiende todo el mundo. Yo lo digo por lo mismo, porque pues no sé, tú cómo lo tomes, o sea, para mucha gente era el paraíso, obviamente uno entiende todo lo que pasó dentro de estos lugares, y todo lo que se fue descubriendo, pero en el proceso de casting de Veintiocho, yo invité gente a este lugar, a la plaza, ¿si me entiendes?, hice un casting estilo La sociedad del semáforo (2010), donde uno invita a no sé quién, a gente marginal, a pipol llevada, yo hice el casting en la plaza de Paloquemao, y te cuento que eso se llenó pues de gente que, obviamente, se veía que había habitado el Bronx, y muchos casi llorando hablaban del lugar, como cuando los entrevistamos y les preguntábamos “¿para ti que era el Bronx?” y por sus respuestas uno podía entender que era como algo muy especial para ellos, porque muchos de ellos crecieron ahí toda la vida.
Pero en cuanto a lo específico en cuanto a las preguntas como el diseño de producción de Veintiocho de mayo, lo que pasó es que cuando yo quería contar esa historia, en la universidad muchas personas me hicieron el feo, porque les parecía una historia de un ñero, entonces sentí que me rechazaron, y no le tuvieron fe, pero después de que gané el premio de Bogoshorts, ahí si todo mundo, “ah no, venga yo le ayudo”, “yo quiero hacerle esto”, y yo sí, pues no, uno está con la gente que está desde el inicio firme, con lo que están firmes, entonces había un parcero mío, Richie, que cuando yo llegué a estudiar cine él como que me adoptó, pues ya había estudiado en otra universidad, y él ya sabía un montón de cosas, yo no sabía nada, él me fogueó en cosas de cámara, me enseñó a resolver sobre el terreno, me fue diciendo cosas que después me sirvieron mucho. Ya después yo le había dicho a una compañerita, “tú me haces el arte”, pero después dije no, la verdad, ya conociendo a Richie, me di cuenta que Richie también había conocido el Bronx, pues cuando salía a flote el nombre de algún lugar en específico, él me decía, si obviamente, que en tal zona, que donde Lalo, que donde Lomero, él conocía bien la cosa, entonces me dije que Ritchie podía hacer el arte, consiguió su equipo, no había como muchos constructores, y realmente fue Ricardo Téllez, con otros dos amigos más, dándole allá todo un año, porque el Bronx ya lo habían allanado, entonces conseguimos una casa casi cayéndose en Chapinero, en Bogotá, como en la 45 con séptima, y ahí armamos el Bronx, o sea, lo armamos, digo yo, pues en realidad fue el equipo, lo terminó el equipo de arte, donde Ricardo Téllez sacó todo su flow.
… en la universidad muchas personas me hicieron el feo, porque les parecía una historia de un ñero, entonces sentí que me rechazaron, y no le tuvieron fe, pero después de que gané el premio de Bogoshorts, ahí si todo mundo, “ah no, venga yo le ayudo” …
Obviamente, yo desde el guion escribí cosas muy específicas, y yo soy un poco cansón con eso, como que siempre quiero que los elementos sean claros, que se parezcan a lo que imagino, porque siento que en el cine de género es muy importante toda la simbología, todo eso ayuda mucho, por eso creo que Richie le metió todo el amor. Yo le decía, quiero hacer un vitral en tal lado, y lo armó de una, después organizó un cuarto lleno de televisores, el solo con su pequeño equipo armó un Bronx ahí con un montón de chazas, a punta de martillo. Te cuento que los fines de semana conseguíamos un carro y recogíamos por la calle lo que la gente dejaba botado, que los sofás, que una mesa, que no sé, que eso, era de verdad como armar una olla de nuevo, y entonces fue un año de esta creación, de texturizar. Para los que no lo han visto, hay una parte en la que se siente la humedad, como que se siente la sangre cayendo, siento que es un gran acierto la dirección de arte tanto de Veintiocho de mayo como de Paloquemao, que la historia es una vaina un poco gore, pero que también es muy real, y se nota que Richie le dio duro.
Ahí fue la primera vez que él estaba al frente de un equipo de arte, y cada uno fue encontrando un camino, y él se dio cuenta que pues tenía mucha, como te digo, mucha recursividad, y pues eso también se ve luego en Paloquemao, entonces tú puedes ver que hay un trabajo muy cuidado de él, pero sí fue como una vaina de charlar juntos, de sentarnos a hablar de lo que nos gustaba, como que ciertos elementos claves, inclusive había cosas que a mí se me habían olvidado, y él me decía como: “Jef, acuérdate de tal cosa”, y muchas de ellas eran verdaderas sorpresas que me alegraban, porque otra persona que no hubiera conocido este lugar, no le hubiera podido sacar partido. Yo creo que el mejor director de arte, puede que lo haga muy bien, pero no va a tener esos elementos claves, esa realidad que él sí conocía, y que pues yo también como que aproveché, le dije, “marica, que tú conoces el lugar, lo viviste también como yo, hagámosle”, inclusive en el proceso de investigación fuimos a otras ollas, como que íbamos así, súper caletos, y nos metíamos como al Santa Fe o al Samper Mendoza o a Cinco Huecos, como un proceso de investigación bien real. Un día yo entré con un amigo, y como que yo iba a comprar por decir, un porro, y me salía, pero observaba, y un día los de la olla, pues entré yo con un amigo, que nunca había ido, y pusieron un palo gigante en la puerta, y dijeron, “nadie sale, nadie entra, este man qué”, y empezaron a esculcar a mi parcero, así, pam, pam, pam, y uy juemadre, pensé, qué es esta puta investigación la que estamos haciendo, y esa es una escena que metemos en Veintiocho de mayo, en la que el personaje de Barragán va de hueco en hueco, y llega la parte en donde llegan los sayayines, se le van encima al mancito y lo acorralan.
Un día yo entré con un amigo, y como que yo iba a comprar por decir, un porro, y me salía, pero observaba, y un día los de la olla, pues entré yo con un amigo, que nunca había ido, y pusieron un palo gigante en la puerta, y dijeron, “nadie sale, nadie entra, este man qué” …
Y así fue como que en ese proceso de investigación fuimos encontrando también estas cosas, no estoy diciendo esto para que todo mundo vaya y arriesgue la vida para hacer investigación (Risas), solamente que para nosotros era también divertido poder plasmar esa realidad, y eso fue un poco lo que sucedió durante la creación de la propuesta de arte. También logramos conseguir como, digamos, tú que lo puedes ver, acá tengo un graffiti, que es un Pablo Escobar, que hicieron ahí en el Bronx, no lo tengo porque yo quiera idealizar a Pablo Escobar, no, sino que lo tengo porque fue un elemento muy clave de este lugar, y ayudó a plasmar esa realidad, y para Paloquemao le pusimos colmillos. Entonces como que cada vez vamos transformando todos los elementos, hasta llegar a una pregunta final: ¿quién era este man?, pues era un hijuemadre vampiro que masacró y derramó mucha sangre en este país, ¿sí me entiendes?, y creo que logramos darle ese tinte, sin idealizarlo, porque no es la idea, pero si como que no podemos negar lo que ha pasado, es un elemento que siempre va a estar ahí, así esté detrás, pero si ayuda a contar la realidad del momento, y como la realidad del lugar, la naturalidad del espacio, entonces también conseguimos muchos artistas urbanos que pintaron este lugar, que vivieron este lugar, entonces eso también ayudó a que ese diseño de producción quedara como, como pues está en el corto, que para mí siento que es de las cosas más fuertes que tiene Veintiocho de mayo.
Y así como Veintiocho de mayo y Paloquemao tienen sus vasos comunicantes ¿cómo fue ese vínculo con Melisa Zapata, ¿cómo terminaste trabajando con ella, porque bueno, eres bogotano, y ella es de aquí de Medellín, aunque ella desde hace mucho tiempo ya trabaja en Bogotá? ¿Cómo fue el proceso de escritura de una historia gótica, cómo llegó ella y encajó en ese universo que ya estabas configurando, cómo fueron las primeras semillas a partir de las que estaban trabajando y cómo fue el flow con Melisa para sacar adelante sobre todo la parte creativa del guion de Paloquemao y también un poco de la producción, y la coproducción que también estuviste ahí al frente?
Bueno, después que hice Malicia Indígena (2019), que es un corto de comedia negra en el que soy el productor totalmente, me vi como con la necesidad de generarle un nombre a mis productos, como que no quede Jeferson o de Pepito Pérez, sino como que quede un nombre de un colectivo, entonces ahí empecé con la idea de La Banda del Sur Films, que es la productora que nosotros trabajamos, y era como un poco eso, como miremos hacia este lado. Ya luego estaba estrenando mi corto Veintiocho de mayo en la Cinemateca de Bogotá, la que quedaba ahí al lado del Jorge Eliécer, ahí yo estaba estrenando el corto, y Melisa trabajaba en Bogotá en ese momento, ella era la productora del festival, y como que tenía que coordinar conmigo la proyección, sobre todo la logística, entonces ella ve el corto, y de un momento a otro me llama y me dice como “Jef, sal un momento de la sala, necesito que me ayudes urgente”, y lo que yo pensé fue “acá está pasando algo raro, no sé qué, ay juemadre, ¿qué pasó?”, y ella me respondió “No, es que tu actor está como loco, que no sé qué le pasó”, y lo que pasaba era que Harbey el actor había llegado con dos botellas de Jack Daniels, así como súper fiesto, y estaba así porque él era el actor, ¿sí me entiende?
Y entonces le dijeron que entrara, y ella después me contó que él le decía “yo a usted la puedo robar” (Risas), y ella toda asustada, aunque yo sabía que no era así, sino que estaba metiéndole terror, y con esa cara que tiene Harbey (Risas), y él seguía metiéndole terror, y cuando llegué este man está jodiendo, cagado en la risa, y esa fue la primera impresión de ella, después me hicieron una entrevista, y entre lo que me preguntaron del corto estaba el cómo lo había hecho, y yo empecé a contar, y ella estaba escuchando y se me acercó al rato, y me dijo “uh marica, qué chévere eso que dijiste”, o sea, “que vi el corto, pero ya cuando te escucho siento como de verdad que hay un corazón, que hay una mirada, que conoces el lugar, que conoces lo que estás hablando”, y empezamos a conversar, a conversar, y yo le dije “no, Meli, estoy desarrollando otra idea de un vampiro en una plaza de mercado”, y ya como que a ella eso le flipó, y me dijo “está increíble, qué es esa idea tan loca”, y para esa época yo ya había hecho un teaser, pero yo necesitaba alguien que de verdad tuviera el talento que tiene Melisa para ejecutar, ¿sí me entiendes?, y no solamente en vainas de producción, sino además desde el guion, que tuviera una mirada bien afinada, una mirada femenina.
… y ella después me contó que él le decía “yo a usted la puedo robar” (Risas), y ella toda asustada, aunque yo sabía que no era así, sino que estaba metiéndole terror, y con esa cara que tiene Harbey (Risas) …
También desde la escritura me parecía importante alguien que tuviera como ese concepto de cine clásico, porque pues, como te lo digo, yo vengo de una plaza de mercado, y claro que estudié cine, pero te confieso que no fue que yo toda la vida, ay no, que yo quisiera hacer cine, y me hubiera visto todo el cine desde chiquito, o que yo desde chiquito hubiera visto muchas películas de vampiros, no, eso sería una mentira. Yo he estudiado, y he leído cosas, y he visto muchas vainas, pero cuando yo le conté eso a ella, yo no había visto realmente muchas películas de vampiros, y empecé un trabajo de investigación, a ver películas de vampiros desde las más crudas hasta las más chistosas, y empezó ese trabajo con ella, viendo películas juntos, y ya cuando le dije a Meli “bueno, trabajemos juntos, sea usted la productora, seamos guionistas”, empezó ese flow de una vaina chévere, de poder como ver una peli de vampiros, observar esas cosas, anotar, y fue un proceso de investigación muy bacano, y muy chévere también de ella cómo se vincula a la plaza, de cómo entiende el por qué yo quiero contar esta historia de un vampiro en la plaza, y cómo podemos hacerlo natural, cómo también ella empieza desde su punto de vista a decir, bueno, qué tal si desde el guion hacemos que este personaje sea así o sea asá, entonces fue como una conexión muy chévere, y pues en ese proceso ella se vinculó a La Banda, es la productora, y estamos desarrollando el largo con ella, y fue un proceso muy chévere, desde el desarrollo del guion, hasta ahoritica, que estamos en la etapa de la distribución de este corto.
Yo estoy muy agradecido con Paloquemao, porque siento que ha sido un cortometraje que me ha dado mucho personalmente, y para con el equipo, no solamente nos ha dado como viajes a festivales, y selección en festivales, y ventas en plataformas, sino también me ha dado a conocer un poco más, inclusive trabajo, ¿sí me entiendes?, como que ya no me llamen nomás a hacer labores como la que hacía antes, sino que me llaman más por mi mirada como director. Entonces, es cierto que para lo que más me ayudó fue a abrir un poco esa puerta a todo el equipo, o sea, realmente a casi a todo el equipo del corto, a las cabezas, fue muy importante este corto, y todo fue con base a ese feeling que tuvimos con Melisa, o que se ha tenido en ese momento, como el poder crear conjuntamente, si yo creo que no hay nada más chévere que uno poder sentarse a ver un maratón de películas de vampiros así, y ver, o sea, es que hay unas vainas como La danza de los vampiros, de Román Polanski, que es una película que tú dices “que es esta vaina,” o sea, “qué me está diciendo este man”, y entonces ahí cuando uno aprende que puede romper estas leyes, o ver Vampiros en La Habana, que también es una vaina muy cercana, como un vampiro muy de acá, y pues así, sinnúmero de películas de vampiros que vimos, tanto súper clásicas, como más modernas, como esta de Una chica sola camina a casa en la noche, de Ana Lili, que es una película de una vampira mujer, en un contexto bien difícil, o Entrevista con el vampiro, no sé, eso era increíble, como algo parecido al momento de creación, poder haber hecho ese match con alguien, y haber caminado en un mismo camino, porque siento que el cine se hace con equipo, o sea, uno puede hacer una película solo, y muy guerrilla, y está chévere, pero siento que también lo bonito del cine es que es algo colectivo, sí, hay una mirada, pero todos estamos trabajando por la mirada que quiere contar este director.
… es que hay unas vainas como La danza de los vampiros, de Román Polanski, que es una película que tú dices “que es esta vaina,” o sea, “qué me está diciendo este man”, y entonces ahí cuando uno aprende que puede romper estas leyes, o ver Vampiros en La Habana, que también es una vaina muy cercana …
Y ahora que mencionaste lo de La Banda Sur Films, ¿cómo surgió esta productora, respondiendo a qué tipo de necesidad, cuál fue su espíritu, sus principales propósitos, y cuáles han sido pues los obstáculos, y también como las alegrías que te ha brindado estar al frente de una productora, porque bueno, son tus trabajos, pero también me imagino que están apoyando trabajos de otra gente, nos cuentas algo del nacimiento de la productora, y los trabajos que han realizado en el tiempo que tienen de trayectoria?
La Banda nació con esta necesidad de poderle poner un nombre a los productos que íbamos a hacer, porque yo sentía que, o siento, que podemos hacer muchas cosas desde el cine, y nació con esa necesidad, inclusive lo de La Banda del Sur Films se cuajó cuando hablé con un compañero, que es Rafael Pérez, él es de Ecuador, y le insistía a él con la idea de hacer una productora con la que pudiéramos hacer nuestros proyectos, y le pregunté “¿se va a sumar o qué, quiere sumarse?”, y específicamente lo del Sur viene porque yo crecí en el 20 de julio, ¿sí me entiendes?, y tú pillas, pues en ese momento la tónica era que el cine era una vaina muy privilegiada, o sea, de verdad, muy poca gente en esa época, hasta ahora que ya está en otros espacios como el SENA, en otras instituciones que están descentralizando el cine, ya se ve mucho más eso. Entonces lo de nosotros era como también poder decir, nosotros somos este parche del Sur, y no solamente porque es el Sur de Bogotá, sino también, hablándolo con Rafa, que era de Ecuador, del Sur del continente también, entonces era como, hagámoslo desde acá, y empezó a crearse esta empresa, empezó como colectivo, y nos fue muy bien, ya la legalizamos el año pasado, ya vi la necesidad para el largo, porque también me decía para qué ahorita, si lo hago en este momento me embalo, porque me ponen a pagar impuestos, a hacer una serie de cosas que no tengo la necesidad de hacer.
Desde que pusimos La Banda, mucha gente nos tiene en el radar, muchas productoras, empresas que nos dan trabajo, pero casi siempre, o sea, la esencia de La Banda es hacer estas historias de fantasía, estas historias de género, es lo que yo quiero que contemos, cine de género con La Banda del Sur Films, que en un momento oportuno se diga: esta es una productora de género, especialista en eso, si me perdonan. Entonces la idea es que nos conozcan por eso, y ha sido bien, o sea, como te digo, al inicio no tuve el afán de constituirla, pero ya es como por el largo, pues ha sido importante, porque también le da como nombre, y no, ya no es Jeferson Cardoza, sino es La Banda del Sur Films, entonces ya tiene un respaldo, y cuando llegamos a espacios, a festivales, a lugares, a encuentros, a talleres, como que por lo menos la gente ha escuchado algo sobre La Banda, y ha sucedido que llego a lugares y lo primero que me dicen es “ah, usted es de La Banda, yo lo sigo, es un contenido muy chévere, me gusta cómo trabajan”, entonces es muy bacano que eso que empezó un día preguntándole a un amigo “¿eh, será que es posible montar una productora?”, y ver que es real, y que ya hemos desarrollado estos cortos, que se está desarrollando el largo, y ver que ha gustado la propuesta, también porque yo soy un cineasta que me intereso por el público, o sea, yo no quiero hacer películas para mí no más, realmente, yo quiero hacer películas para que las vea la gente, yo siento que el cine es para que lo vea la gente, entonces poder que mucha gente ya sepa de La Banda, y en un eventual momento la gente diga esto es más o menos por este estilo de Jeferson Cardoza, o vi una peli de La Banda, es lo que yo quiero, como verdad que, que mucha gente pues pueda ver eso, porque pues para eso hacemos este arte, no, como que siento que el arte es para transmitir, para que la gente se haga una pregunta, o por lo menos diga, “qué mierda”, o diga “uh, marica, por lo menos hicieron la de vampiros”, o sea, arriésgate a hacer unos vampiros, o sea, es como juemadre.
… ¿eh, será que es posible montar una productora?”, y ver que es real, y que ya hemos desarrollado estos cortos, que se está desarrollando el largo, y ver que ha gustado la propuesta, también porque yo soy un cineasta que me intereso por el público …
Entonces ha sido como un ejercicio chévere, y poder viajar a mercados y festivales de género, me ha ayudado a creérmela más, ¿sí me entiendes?, porque cuando uno se queda solamente en el circuito de Colombia, donde el cine en general hasta ahora está cogiendo fuerza, en mercados como Fantasolab, en festivales como Fantasmagoría, o Bogotá Horror, como que hasta ahora está cogiendo esa fuerza, entonces ir a esos espacios y uno se da cuenta que hay muchos frikis igual a uno, que quieren hacer películas de vampiros, zombis, tiburones asesinos, que hay gente que juemadre, se la juegan toda, y es muy bonito ese espacio, lo comparto acá, y es una chimba ir a un festival de esos de género, es como sacarte de la cabeza que el cine es solamente eso intelectual, que cosa tan rara esa que en la sala de cine no podemos hablar, o sea, no podemos hablarnos, no podemos hacer nada, no sé, y no lo digo como por faltarle al respeto a las películas o a la gente, sino que me parece muy chévere que uno vaya a festivales donde la sangre salpica la pantalla, y todo el mundo grita, aplaude, se lo vive, y la gente sale hablando de cuál fue la película que más sangre tuvo, de cuál fue la película que… ¿Sí me entiendes? Al punto que me dije, qué chévere, porque al igual es arte, y cada peli tienes supuestamente una política muy clara, pero qué chévere cuando le quitan esa mirada como tan intelectual, es simplemente entrar a divertirse, a ver una película como esa, entonces era muy chévere lo que decía Alex de la Iglesia, en una charla que estuve con él, y era como eso, que él disfrutaba mucho ir a Sitges, porque era como ir a mirar qué man tenía la camisa más friki de todos, o quién estaba haciendo la película más friki, o quién hizo los vampiros más chéveres, y no era como en otros festivales que conocemos todos, que son esos festivales que para mucha gente es como el ideal, llegar allá, que es como una intelectualidad, como que es otra onda, y como juemadre, ver eso, a lo que voy es que conocer estos espacios, estos mercados, me ayudaron a darme cuenta que La Banda tiene futuro, y que además, como volviendo un poco a lo que decía ahorita, como que yo sí quiero hacer películas para la gente, para que la gente la vea, el cine de género es lo que más se ve, tú ves y es lo que más ventas da, lo que más se ve, ahoritica en Argentina la película más vista se llama Cuando acecha la maldad, que ganó en Sitges, estuvo en Toronto, es una película increíble y que habla de una historia de terror de allá, de Argentina, de una provincia, y es como uno se da cuenta que acá no más, porque no estamos tan lejos, obviamente Argentina nos lleva un poquitito más de experiencia en cine de género, pero pues que tengan este tipo de números, como que se haya vendido en tantos países, como que uno se da cuenta que el cine de género cada vez coge más fuerza, y también es un poco eso, porque la gente como que lo disfruta de otra manera, con eso no quiero decir que no me gusten otras películas, obviamente de todo, me gusta de todo, porque yo siento que mi cine, cuando tú ves, obviamente está muy influenciado por el cine de género, pero también hay películas que me gustan mucho, como las de Billy Wilder, como también de referentes muy locales también, que nos han servido demasiado, como La vendedora de rosas (1998), que también es un poco mezclar esto, como Ciudad de Dios, porque yo digo, o sea, es que esto, Ciudad de Dios, es un poquitico de fantasía, es una historia de terror, da como miedo.
Me alargué mucho ahí, pero sí, como que si hay futuro, como que arriesgarse a crear este colectivo, con este enfoque de cine de género, ha sido chévere, importante para nosotros y yo creo que para muchos, hablo acá de Bogotá, muchas personas un poco más jóvenes que nosotros, ya nos han hablado, y pues sienten como que La Banda es un, pues no quiero decir referente, porque pues hasta ahora estamos empezando, pero sí como, algo que les dice “uy, esto les está funcionando a esta gente, nosotros también podemos intentarlo”, entonces es bonito cuando uno se da cuenta que se arriesgaron, que se jugaron en esa exploración, porque tú ves Paloquemao, y existe mucha gente a la que no le agrada, porque sienten que solamente es un homenaje a muchas películas, y al contrario, a otro montón de gente le encanta por el mismo motivo, y los dos tiene la razón. La vaina es arriesgarte a hacerlo, que estos chicos, o chicas, vean que bueno, esta gente se arriesgó a hacer una película de vampiros en una plaza, y luego se acuerden de la historia que le contó el abuelito allá en la finca, y diga, yo puedo contar esto, por qué no lo puedo contar. Entonces ha sido muy bonito el ejercicio, y pues obviamente todo esto se ha logrado gracias al equipo que hemos tenido, que se ha generado desde la universidad, y ya después con la vinculación de Melisa, porque eso es muy importante, tener un equipo para poder trabajar, y poder crecer conjuntamente.
… muchas personas un poco más jóvenes que nosotros, ya nos han hablado, y pues sienten como que La Banda es un, pues no quiero decir referente, porque pues hasta ahora estamos empezando, pero sí como, algo que les dice “uy, esto les está funcionando a esta gente, nosotros también podemos intentarlo” …
Muy importante que tuvieras extendido en este aspecto de la producción, porque bueno, uno a pesar de lo viejo, tiene todavía su mirada romántica sobre el cine, pero es muy importante que los realizadores de todas las edades tengan esa visión de que el cine no es solamente creatividad, lluvia de ideas y la estructura del guion, sino que hay que pensar en la producción, hay que pensar en conformar buenos equipos, en juntarse con gente con mística, porque si no, el cine se te va a volver, más que un oficio, en una fuente de desasosiego.
Quiero hacerte una acotación chiquitica, y es que sí es importante, porque digamos, hemos crecido en un país donde nos dicen que es más importante contar ciertas historias, porque vivimos un conflicto, porque hemos pasado por tales cosas, entonces como que tenemos un afán, como un afán social, como por querer contar esto que nos ha afectado tanto, y también como que los mismos fondos adoptan ese enfoque, ¿me entiendes?, desde los mismos fondos no se apoyan este tipo de proyectos de cine de género, siempre se le da prioridad otro tipo de historias que, uno entendiendo el país en que vivimos, se supone que deben ser más importantes contar. Pero no siempre debe ser así, y a lo que yo voy, es que me pareció muy chévere que Paloquemao se haya ganado el premio Macondo a mejor cortometraje nacional, porque siento que hace que estas instituciones miren que hay algo nuevo que está surgiendo, no lo digo por nosotros nomás, sino como por el resto de personas, como que, ah, mire, hay algo diferente, Colombia puede hacer también este cine de género, que ya se ha hecho con El Páramo, por ejemplo, como con Alguien mató algo, un poco también con esta peli de Jorge Navas que se llama La sangre y la lluvia, (2009), que tiene esta vaina oscura en esa Bogotá llena de lluvia, donde la sangre se mezcla con la lluvia, es un poema esa vaina, hermosa, entonces como hacemos que estas instituciones miren hacia ese lado, pues intentando hacer ese tipo de cine, y si no hay los fondos acá, pues buscar los fondos por fuera, porque no podemos depender toda la vida del FDC, sabiendo que cada vez somos más personas las que queremos aplicar por estos fondos y que, pues realmente son muy difíciles. Obviamente uno se los puede ganar, pero como que no podemos depender siempre del FDC.
… entonces como hacemos que estas instituciones miren hacia ese lado, pues intentando hacer ese tipo de cine, y si no hay los fondos acá, pues buscar los fondos por fuera, porque no podemos depender toda la vida del FDC …
La fotografía es un distintivo de tus dos trabajos, una fotografía a color en Veintiocho de mayo, y una ya muy distintiva en Paloquemao, en blanco y negro, con todos estos elementos del expresionismo, del claroscuro, de la misma angulación, de los movimientos de la cámara, y que las dos direcciones de fotografía estuvieron a cargo de la misma persona, Santiago Cortés, ¿De dónde surge esta colaboración, y cuáles fueron los criterios en ambos cortos para que él, desde su visión como director de fotografía, apoyara tu punto de vista como director global de la película?
No, pues con Santiago Cortés me siento muy afortunado, a él fue como conquistarlo, porque cuando yo entré a mi primer semestre, él ya se había graduado unos meses antes, él es un poco más grande, y yo lo empecé a conocer, vi su trabajo, y cuando me gano ese premio con Veintiocho, yo lo busco, le saco una cita, y de ahí en adelante ha sido un proceso de creación muy chévere, como que yo tengo ideas y le digo “Santi esto me lo imagino más o menos así”, hay veces que lo consultamos por el chat, y otras que ni nos hablamos, sino que es más o menos mírate esta peli, mírate esta otra, mírate esta, mírate esta, mírate esta, y después, cuando nos reunimos, es como bueno, con base a lo que hablamos, esto es lo que queremos lograr, por dónde le entramos, obviamente hay muchos momentos en que yo, personalmente, durante el rodaje, como que juemadre, uno colapsa, y dice no lo vamos a lograr, no se va a hacer el plano que estábamos pensando, porque es muy difícil, pero el man saca su magia, y me dice “míralo acá Jeff, como lo ves acá”, y yo solo pienso “qué bonito tener un equipo”, qué bonito tener alguien en que uno puede confiar a fondo y decir “Santi, ayúdame a solucionarlo”, y el man lo soluciona, porque eso es lo importante, que él ya entendió lo yo quería contar, y pues yo confío en él, hay un match, hay un power muy chévere, y en Veintiocho fue un poco eso, como esta cámara más movida, en colores, además estaba esta vaina de seguir al personaje de atrás, pero también como estos planos muy cerrados, pero ya cuando hacemos Paloquemao, y después de ver todas estas películas clásicas, este expresionismo alemán, esta magia, aprender de muchas pelis que no había visto, juemadre, sinnúmero de películas que vimos, y casi siempre todas eran en ese estilo, y yo decía, quiero contar una plaza que no sea la plaza que ve todo mundo, que sea la plaza que yo miraba cuando me quedaba en la noche en esos pasillos, esa plaza oscura, con esas texturas, pero un poco más íntima, y no esta plaza llena de colores, que todo turista ve, porque, entonces desde ahí nació esta idea que fuera blanco y negro, y obviamente muy referenciados de todas las películas de vampiros que eran a blanco y negro, fulles referentes, tú ves Paloquemao y hay unos planos que obviamente son homenajes, y a mí me encanta eso.
Ya lo último, Jeferson, es lo que tiene que ver con la canción, la del vampiro, la de Los Corraleros de Majagual, ¿cómo consiguió su lugar en tu peli? ¿quiénes eran los dueños de los derechos?, y finalmente, ¿cómo la sentiste como director?, ¿cómo funcionaba dentro de la película?
Lo primero que recuerdo es que a cada rato me preguntaba ¿cómo así que Los Corraleros tienen una canción que dice que “yo soy como los vampiros, que salgo al anochecer, y me llevo a tu mujer”? Entonces pensé que era perfecta para Paloquemao. Fue un gran trabajo de Meli conseguir esos derechos, los pagamos y te puedo contar que no salió tan caro. En esa investigación también de nuestro territorio, de nuestro arte, no solamente hablando de cine, pintura, sino mirar cómo es de la música, qué música tiene este tinte gótico popular, también hay otra, de los Tupamaros, que se llama La Brujita, o sea, como que uno empieza a hacer esa investigación, y juemadre, hay muchas canciones que hablan de esto, como que sí tienen esta vaina misteriosa en ciertos lugares, entonces fue lo que hablamos con Meli desde el guion y decidimos que esa canción tenía que estar, porque es increíble, y pues se consiguió, se negoció con Discos Fuentes, si no estoy mal, al inicio fue un poco lento, porque no encontramos a la persona, y es como también explicarles que es un cortometraje, que no es Caracol, que no es una productora grande, sino que es un cortometraje, que quiere, que va a pagar, pero va a pagar de acuerdo a lo que nosotros podemos, entonces como que se llegó al acuerdo, correo a correo viene, y se logró gestionar, un poquitico, es que ahorita entendía como un poco diferente la pregunta, y te quiero contar como una anécdota, un poco de cómo nace la historia de Paloquemao, y es que cuando yo era pequeño, mi mamá me decía que le comprara picada o rellena a alguien que vendía ahí en la plaza, pero este alguien era un man que se ponía lentes de contacto rojos o blancos, se ponía colmillos de vampiro, se pintaba lágrimas de sangre, uñas de metal, y el man es como de Boyacá, bien arriba, entonces era como pelirrojo, medio vikingo, y a mí me daba miedo el tipo, se creía vampiro, y sin embargo mi mamá me decía “vas y le compras, no sea huevón, va y me trae para almorzar”, y él mismo man que te estoy diciendo, es el que actúa de mudo en la película, es el mismo, el mismo man que se creía vampiro en la vida real, en una plaza de mercado, lo volví vampiro en la película, y un día cuando terminamos el rodaje, me dio las gracias, y yo le pregunté por qué, y el man me respondió “porque usted me cumplió el sueño por fin de ser un vampiro”.
… ¿cómo así que Los Corraleros tienen una canción que dice que “yo soy como los vampiros, que salgo al anochecer, y me llevo a tu mujer”? Entonces pensé que era perfecta para Paloquemao.
De remate quiero preguntarte por tu trabajo de largometraje, que ya estás laborando en él, Salsipuedes, nos cuentas algo, lo que puedas contar, sobre todo ¿en qué fase se encuentran, cómo ha sido encarar un proyecto de más largo aliento, más recursos, pero también más responsabilidad, cómo ha sido armando tu equipo de producción?
Bueno, Salsipuedes, como tú pudiste ver, como que Veintiocho empieza el universo, Paloquemao es como lo que continúa, después de que este man escapa del Bronx, y después de haber explorado estos personajes, y estos lugares, siento que me sirven para crear Salsipuedes, porque yo lo que quiero crear es la historia de una red de tráfico de sangre, que opera en una casa de tortura del Bronx, que es allanada el 28 de mayo de 2016, y ellos tienen que mudarse a algún lugar, y uno de estos líderes tiene una carnicería en Paloquemao, y montan el tráfico de sangre en la plaza, entonces es como la unión de los dos cortometrajes, no la unión, es como una nueva historia, una nueva película, pero que si está muy influenciada por esos universos que pude explorar con estos dos cortos. Esta es una peli en la que ya llevamos casi un año y medio en desarrollo, un poquitico más realmente, pues con la última versión como un año y medio, la última versión de guion, hemos estado en varios talleres de escritura, laboratorios de desarrollo, hemos pasado por Villa de Leyva, por la clínica de proyectos del Ministerio de Cultura, por el Bruselas Fantastic Film Festival, en algunos mercados y también ahoritica estamos en Fantasolab, en el desarrollo, en el taller de guion, estos días estoy teniendo como esos talleres, y ha sido muy fructífero, muy beneficioso para la película, y estamos en eso, y pues gracias a los cortos, hemos creado buenas alianzas, como que nuestra empresa coproductora sea Laberinto, que a mí me parece muy chévere que sea esta empresa, porque siento que esta empresa ha apadrinado muchos directores y directoras de cuando eran jóvenes, como Laura Mora, como Jorge Navas, como Carlos Moreno, es una empresa que cree en los talentos y los apoyan, entonces ellos han estado en los tres cortometrajes, y ahoritica pues fijo ya son como coproductores del largometraje, y estamos en eso, la idea de grabar el teaser a mitad de año, junio o julio, grabar el teaser del proyecto, seguir aplicando pues al FDC, aplicando por fuera a otros fondos, buscando financiación, que es cara, porque ya imaginarás, quiero volver a recrear el Bronx, pero esta vez grande, quiero hacer una casa de tortura, pero esta vez más sangrienta, ya te imaginarás lo que he escrito, porque en estos momentos veo Veintiocho, y digo no, a esto le faltó gore, le faltó sangre, y digo no, a esto le faltó terror, entonces como que el ir viendo pues qué hice con cada corto, qué me ha enseñado, y qué voy a hacer ahora, porque es algo muy importante para que la gente entienda, es que no es la unión de los dos universos, es una película totalmente diferente, que se da gracias a esta exploración que hice en estos dos cortometrajes, pero es una historia diferente, que siento que va a tener como mucho potencial, siento que es importante, o sea, yo me ponía a pensar, y tenemos como el vampiro de Barranquilla, el de El último carnaval (1998), pero que es como una comedia súper chistosa, es un parche, pero digamos que otros vampiros con colmillos, en películas, en largos, con colmillos, porque está Pura sangre, que no es que tengan colmillos, no, es un man que necesita la sangre, o sea, es como el vampirismo, pero en realidad no es un ser fantástico, no es como, en cambio, acá estamos intentando jugar de verdad con estos seres fantásticos, y apropiándolo, entonces, siento que todo ese tipo de elementos, y de cositas que hemos ido aprendiendo, que queremos arriesgarnos, pues es un poco, o sea, si puedes, ojalá se pueda grabar pronto, igual va a tener archivo, va a tener ficción, va a ser en blanco y negro, puro expresionismo alemán, referenciados full, tengo unas ideas ahí como muy solladas, que ya después, si la película sale, como que ojalá les guste, pero esas ideas van como en esa vaina de jugar, con esos elementos del cine clásico, o con esas cosas que en el cine clásico era como, era un problema, no tenemos luces, qué hacemos, pintemos tal escenografía, ¿si me entiendes?, lo que en un momento era un problema, pero usted termina volviéndolo en una gran fortaleza en las películas, esa gran fortaleza, entonces hay muchas referencias de películas clásicas, que tienen ese tipo de elementos, que quisiera explorar, como que yo si me quiero sollar, intentar hacer algo así, que se sienta, tú ves, para lo que hoy tiene algo de tinte clásico, se ve como una película que fuera de otro momento, por su estilo, y yo quisiera seguir explorando eso, si gusta o no gusta, pues bueno, no importa, pero pues yo sé que el gusto está en intentarlo, y si no gusta, pues se tocará hacer otra, y ya, toca, es como todo, es como una bicicleta, ella se queda quieta, entonces le toca darle y seguir explorando.
Esta es una peli en la que ya llevamos casi un año y medio en desarrollo, un poquitico más realmente, pues con la última versión como un año y medio …