Óscar Iván Montoya
Anhell69 (2023) es un viaje al fondo de la noche, pero también es una película documental; es un descenso a los infiernos y, a su vez, una película de archivo; es una película de carretera y, de igual manera, una metaficción, en la que asistimos a la hechura de la misma película. Es todas esas cosas a su vez, y por una peculiar alquimia, su forma se adapta de manera orgánica a su contenido, dando como resultado una propuesta disruptiva, transgénero, en la que su carácter híbrido da cuenta de su sustancia tornadiza.
Theo Montoya, su director, ya tenía a su haber el cortometraje Son of Sodom (2021), antes de lanzarse a esta producción, que aparte de todos los elementos antes mencionados, también es una película generacional, que retrató una ciudad desconocida para muchos, habitada por criaturas de la noche, espectros, vampiros, drag queens, seres bellos, oscuros, luminosos, a los que a su gran mayoría los trituró la misma ciudad con sus fauces sangrientas.
Tal vez por lo mismo, Theo Montoya se echó sobre su espalda la labor de plasmarlos en el cine, para que sus existencias no se desvanezcan, y sean como quiere su director: “lo que estamos viendo en la película son existencias en su máxima expresión, y lo que estamos viendo todo el tiempo son como las estelas de luz que dejaron todas esas existencias, por eso en la película hay una metáfora que es la espectrofilia, nosotros al ver cine siempre estamos viendo el pasado, siempre estamos viendo fantasmas, y esos fantasmas siempre están vivos cada vez que volvemos a ver esas imágenes, entonces Anhell69, verdaderamente, es un homenaje a la vida y a la memoria, y de cómo es tan importante que se hubiera hecho esa película para que esas vidas todavía estuvieran presentes en estas conversaciones, y por eso es que el cine es una herramienta tan interesante, porque sin esa película de pronto hubiera sido una generación que se hubiera perdido, y no tuviéramos un registro”.
En tu película, durante el fragmento del estallido social, afirmas que la cámara o el cine es un arma, y me parece que es una declaración muy rotunda, y a la que me acojo totalmente, porque yo también tengo la idea de que el arte es algo explosivo, que no es una vaina para adornarse en los cocteles, ni tampoco para dárselas de que soy la puta hostia, como dicen los españoles, sino que es algo peligroso, que no solamente tiene que ver con lo que uno puede hacer con él a nivel de cuajar productos, sino que es, de igual forma, una muy buena manera de autoconocimiento. ¿Por qué manifiestas que el cine es un arma?
En el momento histórico que estábamos viviendo, el cine era una especie de arma, y mi propósito era ver cómo la cámara se podía convertir en un dispositivo para capturar algo que estaba pasando en el país y, en especial, cómo la cámara se podía volver un arma, más que todo para capturar ese instante. Además, la película permitía reflexionar sobre qué era el cine para mí, y dentro de esos matices, no sé, se coló un poco también como de poesía, porque hay una voz en off que engloba la película todo el tiempo y, no sé, la verdad fue como que se me permitió hacer ese verso ahí en ese momento.
Además, la película permitía reflexionar sobre qué era el cine para mí, y dentro de esos matices, no sé, se coló un poco también como de poesía …
Al hablar de Anhell69 según las casillas, se la puede designar como un documental, pero esta película también es una película de archivo, es una película de vampiros, es una película de metaficción, porque se asiste al proceso de cómo se hace una película, y yo agregaría que es, igualmente, como diría el bueno de Luis Ferdinand Céline, un viaje al fondo de la noche, y como para redondear, para parodiar un poco a Lou Reed, señalaría que es algo así como un borondo al lado salvaje de Medellín. Me impresionó mucho porque fue como una incursión en una ciudad que yo no conocía a pesar de haber vivido hacía mucho tiempo acá. ¿Cuándo comenzaste este proyecto pensaste en algún momento que ibas a tener que arañar tanto en tu interior, que la película te iba a exigir tanto, que iba a quedar tanta gente tirada en el campo de batalla? ¿Cuál fue el balance cuando terminaste de hacer tu película, pensabas en mandarla a un festival o, al contrario, lo único que pensabas era gracias a Dios termine con este chicharrón?
Pues yo creo que Anhell69, bueno primero es una reflexión sobre todo lo que decías, que es una película que engloba muchas cosas, y trata de responder sobre todo a una pregunta que es muy vigente ahora entre los humanos, que es la cuestión del género, y con esa pregunta la película también se pregunta a sí misma qué es una película. Es digamos un documental porque tiene la necesidad de etiquetarse todo el tiempo, y que las etiquetas obviamente vienen de las instituciones, de los festivales, porque queremos que el público sepa más o menos qué va ir a ver, o igualmente las películas se venden como productos, y entonces necesitan clasificarse para que tengan un supuesto público objetivo. Mi reflexión es que el cine es cine, y que una película es una sucesión de imágenes que a la final son los presupuestos, y muchas veces, pues como que hay algo afuera que empieza a etiquetar la naturaleza de las películas, pero las películas para mí son películas, que ya luego hay como que una idea de querer etiquetarlas en ficción, documentales, películas experimentales, películas de archivo, y la naturaleza híbrida de Anhell69 es una respuesta a lo que son los tiempos de ahora, o sea, ahora como que el humano mismo se está preguntando qué es la masculinidad, qué es la feminidad, y la película trata de responderse también eso, y dentro de esa reflexión permite pensar sobre su género, y tratar de jugar con todas las formas posibles.
Luego Anhell69 es una película muy personal, porque en un principio yo creo que la creación nace de una naturaleza como muy propia, es un juego interior, hay una chispa y algo que uno sabe que tiene que crear, más allá que luego se vayan a volver proyectos grandes o no, yo creo que está la necesidad de crear, y yo desde muy pequeño siempre fui muy curioso con la creación, no solamente con el cine, siempre me gustó crear de muchas maneras, pero por el cine obviamente existe una fascinación, y hubo algo que la vida me puso ahí y fue un proyecto que nació sin saber por qué lo estaba haciendo; bueno, esto lo he dicho muchas veces, pero yo creo que sigue teniendo como mucho valor: yo nunca he ido a terapia, y el cine para mí ha sido terapia, porque el cine me ha permitido descubrirme, y lo que yo sentía es que había una generación demasiado valiosa alrededor mío, yo siempre veía que mis amigos tenían demasiado talento, pero bueno, ninguno se atrevió a hacer la película, y yo sentí la responsabilidad de coger una cámara y empezar a grabarlos, también porque yo, desde muy pequeño, me enamoré de un libro que me regaló un primo que aparece en la película, que murió también en ese proceso, que fue On the road de Jack Kerouac, y la idea de Kerouac como de homenajear a toda su generación, pues me parecía muy lindo, y yo sentía que Anhell69 me iba a permitir hacer eso también, que es homenajear a las personas que están al lado mío, porque hay una idea también de lo que es el cine, y creemos que el cine es algo muy grande, pues el cine es algo también muy pequeño, porque el cine ha avanzado, y la facilidad ahora de tener una cámara, y de grabar la cotidianidad a tus amigos, yo creo que luego te permite reflexionar sobre la memoria, sobre las personas que han estado contigo, y poder hablar de ti, y aparte de hacer una reflexión, pues de reflexionar mucho sobre mi vida, sobre las personas que han sido importantes en mi ciudad, era también como preguntarme por qué está pasando esto acá, o sea, por qué mi generación sigue sucumbiendo, si pareciera que es un tema que ya se había retratado años, décadas atrás, y pareciera que esa Medellín del presente, innovadora, que yo ahora estoy viviendo, sigue teniendo los mismos problemas, entonces al hacer esas preguntas, bueno, como que se permite hablar de cine, reflexionar de otros cineastas, quizás por eso Víctor Gaviria es como un padre, es una figura importante dentro de la película, porque yo creo también mucho que la historia se repite constantemente.
…el cine es algo también muy pequeño, porque el cine ha avanzado, y la facilidad ahora de tener una cámara, y de grabar la cotidianidad a tus amigos, yo creo que luego te permite reflexionar sobre la memoria, sobre las personas que han estado contigo, y poder hablar de ti …
Víctor Gaviria es un personaje muy influyente en la historia del cine colombiano, no solamente para ustedes como realizadores, sino incluso para mí, que me considero un simple espectador, pues yo realmente me vine a encariñar con el cine colombiano viendo las películas de Víctor, porque antes manejaba un esnobismo todo culo, que consistía básicamente en pensar que el único cine que valía la pena, era el cine que venía del extranjero, y ya después viendo las películas de Víctor, viendo los documentales de Luis Ospina, viendo los trabajos de Marta Rodríguez, me di cuenta del verdadero valor de nuestro cine, y de lo determinantes que han sido, por lo menos, estos tres a nivel nacional, y de Víctor específicamente aquí en Medellín. ¿Cómo te marca pues la figura de Víctor en tu cine, y de qué manera implementaste ese dispositivo para que él mismo estuviera ahí como una especie de Virgilio en ese descenso de los infiernos?
Creo que hablas de algo que a mí también me interesa mucho, y es cómo rescatar la identidad, entonces yo creo que Anhell69 piensa mucho en ello, como yo pensé mucho haciendo la película, que la iba a ver gente muy joven, y para mí era muy importante hablar a la gente joven, y decirle que nosotros venimos de acá a Medellín, acá hay una identidad, y se trata de rescatar quiénes somos, preguntarse de dónde venimos, y no solamente Medellín, y por eso es una película que hace muchos homenajes al cine colombiano, porque bueno, retomo tu idea de lo que venías diciendo, y en especial cuando uno es joven, incluso ahora, gente muy vieja, todavía lo piensa, que el buen arte y el buen cine es extranjero, y por lo mismo, yo creo que eso tiene que ver con construir narrativas propias, descolonizarnos mentalmente, y por eso creo que, respondiendo otra vez a la pregunta sobre la cámara como un arma, esa cámara como un arma, aparte de poder retratar una protesta social, permite también ser un arma para mostrarle a nuevas generaciones de dónde venimos, y lo que ha pasado es como capturar la memoria, porque con el cine se puede crear identidad, siendo la identidad una pregunta tan compleja, porque, o sea, la identidad no es solamente una cosa, nosotros venimos de muchos, muchos lugares y, genéticamente y culturalmente, tenemos muchísimos padres y muchísimas madres, y yo creo que lo más saludable es uno acogerlos a todos como en su seno, que lo más saludable en estos casos, que tenemos tantos padres y tantas madres, en un acto de honestidad, es recoger toda esa herencia.
Entonces la idea de porqué Víctor Gaviria es una persona muy importante dentro del cine, y hay muchas preguntas que se hace Anhell69, en especial, es quién es el padre de una generación que en la mayoría de mis amigos, y en mi vida, nunca hubo una figura paterna, entonces quién es esa figura paterna, entonces de un lado está la figura de Pablo Escobar como el padre de una nación, y de otro lado también está la figura de un padre del cine que viene siendo Víctor Gaviria, y además que Anhell69 contiene preguntas que quizás Víctor Gaviria se las hizo cuando hizo Rodrigo D No Futuro, porque la pregunta del futuro está muy presente, y está porque ese No Futuro que Víctor Gaviria retrató hace treinta años, sigue presente, y no solamente sigue presente en las comunas de los noventas, sino que esa pregunta ya se ha ido traspasado a una clase media baja que ya vivía en otros sectores de la ciudad, y que también tenían ya otras preguntas por el género, por la identidad sexual, pero seguían existiendo las mismas preguntas clave que él se había hecho en su momento.
… ese No Futuro que Víctor Gaviria retrató hace treinta años, sigue presente, y no solamente sigue presente en las comunas de los noventas, sino que esa pregunta ya se ha ido traspasado a una clase media baja que ya vivía en otros sectores de la ciudad …
Otro director muy importante al que le hace es un homenaje en Anhell69, es a Luis Ospina, en especial estas imágenes de Pura sangre (1982), que en su momento fue una película muy, muy atacada. Yo recuerdo que En todo comenzó por el fin (2015), que muestran imágenes de la rueda de prensa de la presentación en Cartagena en 1982, y que Alberto Aguirre lo primero que le pregunta es “Oiga Luis, ¿usted cómo hizo para gastarse ese montón de plata en una película tan mala?” o algo así, (Risas) y por mucho tiempo que esta película fue muy subvalorada, y ahora uno se da cuenta de todo el potencial que tenía esta peli, desde lo transgresora que fue al hablar de los terratenientes como los verdaderos vampiros, hasta los inolvidables personajes del par de lacras de Mayolo y Humberto Arango. ¿Cuál es tu vínculo afectivo y, digamos, cinematográfico con este otro gran maestro del cine colombiano que es don Luis Ospina?
Bueno a mí siempre me han gustado mucho los vampiros, incluso pues Víctor Gaviria es por eso quizás el conductor de ese carro fúnebre, porque igual yo siempre veo Anhell69 como una película de vampiros, donde la muerte a la final no existe, y en ese homenaje al cine colombiano me permitía obviamente homenajear a Luis Ospina y a Mayolo, y retratar esas películas que habían hecho, y aparte pues de yo ser un gran amante de los vampiros, también sentí mucha conexión con el gótico tropical, y me parecía que podía encontrar muchos significados. Pienso que a veces las películas permiten hacer muchas cosas, entonces es entender qué permite hacer una película, y obviamente al ser Anhell69 un homenaje también a mi vida y a mis gustos, tuvimos entonces esas escenas en un cine, que ese cine que se muestra que es una sala del Colombo Americano, permitía de alguna manera ser como un collage de un cine que me había gustado, pero en especial, también que es mostrarle y procurarle curiosidad a las nuevas generaciones, y a otras personas que podían acercarse a Anhell69, y que luego se iban a preguntar por esas imágenes de dónde venían, porque yo creo que Anhell69 también es una película de hiperlinks, llena de capas, y si uno entra y quiere buscar, puede encontrar otros autores, que termina siendo pues para mí una película de la posmodernidad, de los hipervínculos, y era un poco como que las personas se preguntarán esas imágenes de dónde venían, y bueno, sobre Caliwood y la cinefilia, pues de Ospina, de Mayolo, de Andrés Caicedo, que siempre me interesaron mucho y, además, también porque compartían de alguna manera similitudes de una generación que se perdió, bueno es lo que uno alcanza a leer con Andrés Caicedo, que también me interesó mucho en mi adolescencia.
La primera impresión cuando vi la primera vez Anhell69, para lo que uno está acostumbrado a ver aquí en Medellín y Colombia, inmediatamente pensé, “ufff, que peli tan extraña” pero combinada la sensación con la mucha curiosidad que me había generado, y eso es simplemente uno como como espectador…
¿Y por qué te pareció extraña Oscar?
Parce, porque yo nunca había visto una película así sobre Medellín, lo más cercano que había visto sobre el universo queer, recuerdo un cortico de una nena de apellido Monsalve, y creo el trabajo se llamaba Alexandra Pomaluna (1999), o algo por el estilo, y más reciente los trabajos de Thiago, el de Crisálida, pero en un largo que abordara como el mundo subterráneo de tu peli, me entiendes, como la escena nocturna, lo queer, los lugares tan recónditos de la ciudad, como por ejemplo, yo nunca había visto Líbido en una peli, ya había visto Barrio Triste, pero no en ese contexto, como aparece en tu peli; entonces me pareció extraña pero no de lo extraño como desagradable, sino de lo extraño que atrae.
Eso se me olvidó respondértelo ahora, y es que casi toda la película funciona como memorias de mi vida, de muchos lugares que a mí siempre me han interesado mucho de Medellín, y una Medellín que yo viví en un momento de mi vida; entonces yo estaba muy fascinado por el centro, por ciertas calles, por ciertos lugares como Líbido, por ejemplo, siempre tuve una relación muy cercana con el sitio; inclusive cuando Líbido estuvo cerrado, yo hice una fiesta muy icónica un 31 de octubre. Y creo que por eso hay tanta fiesta en Anhell69. Y también te conté antes de esta entrevista, que fui dueño de un club nocturno, y en ese club era otra manera de hacer arte, y de crear espacios más inclusivos para una Medellín, que siempre ha estado monopolizada por ciertos estilos musicales, por ciertos pensamientos, y ahora podemos ver una Medellín un poco más abierta, pero en esos momentos apenas estaba surgiendo como una generación muy disruptiva, y era, en cierta manera, abrirle los espacios para que tuvieran un sitio propio, para que se incubaran sus proyectos, y pudieran volverse un poco en lo que es la Medellín que vemos ahora.
… y es que casi toda la película funciona como memorias de mi vida, de muchos lugares que a mí siempre me han interesado mucho de Medellín, y una Medellín que yo viví en un momento de mi vida; entonces yo estaba muy fascinado por el centro, por ciertas calles, por ciertos lugares como Líbido …
Lo que te mencioné ahorita de que la película me había parecido tan extraña, tenía que ver con la manera como se financia una peli tan rayada, y preguntarte ¿cómo fue el proceso de financiar Anhell69 primero aquí en Colombia y cómo llegó Dublin Films, la productora de David Hurst, quien desde hace bastante tiempo ha estado muy interesado en el en el cine colombiano, con el trabajo de los chicos de Monociclo, también fue productor de Nuestra película (2023), el documental de Diana Bustamante, y de una película mexicana que se llama Pornomelancolía, que me gustó mucho, una puta locura de película?
Para hablar de la financiación de Anhell69, también hay que hablar de otros productores, porque Francia, digamos, que es un país que ha sido como una manera de coproducir tradicional, pero la película arrancó con una coproducción con Rumania, aparte que yo siempre he visto Anhell69 como una película de vampiros.
Perdón te interrumpo para decir que me parecía muy oportuno que, a una película de vampiros colombianos, Rumania llegue como coproductor, pero bueno, al fin y al cabo, somos hermanos de lengua romance.
Claro que sí, y te cuento que la película se montó gran parte en Transilvania (Risas), y retomo lo de Rumania, porque primero la película se pensó como una coproducción colombo-rumana, y todo fue más o menos porque yo me volví muy amigo de Bianca Oana, que es una gran productora de Rumania, y esas amistades se crearon por el mismo cine, porque en determinado momento de su desarrollo, Anhell69 fue invitada a Italia a un laboratorio que se llama Torino Lab, y allá tuvimos la oportunidad de conocer a Bianca, y más que por temas económicos, lo que pasó fue que nos volvimos muy amigos, y eso permitió que luego se pensara en cómo financiar esta película, que en términos financieros es una película muy cara, y lo digo porque conozco otros esquemas de producción de otras pelis más modestas; pero digamos que Anhell69 es una película que tuvo recursos para hacerse bien, y se tuvo tiempo para hacerla a su ritmo, y ya luego, cuando habíamos creado la manera de producir con Rumania, aparece David, y también nos volvemos muy amigos, y con David pues empezamos a coproducir a través de Dublin Films, y al final entró otra compañía de producción de Alemania. Entonces se produjo con Rumania, Francia, y Alemania.
Ahora que mencionaste lo del montaje en Transilvania ¿cuántas personas estuvieron al frente de esta labor?
Fuimos tres montajistas.
Contaste en otra parte que una fase bien difícil, porque esta película contiene todas esas referencias que mencionamos ahorita: documental, película de vampiros, película de archivo, película de metaficción, aparte que también es una película de carretera, que es una película de hiperlinks, con muchas capas, pero que, al contrario de muchas óperas primas, que uno ve como muchos temas dispersos, y que la sensación final es como de una montonera, aquí se nota la composición, la hechura. Una comparación que me gustó mucho fue cuando dijiste que era semejante al trabajo de un DJ.
Sí, siempre me gustó mucho montar, y yo fui parte de una generación que creció con software digitales, yo nunca monté nada en cosas análogas, y en un momento de mi vida me gustó mucho mezclar, pero nunca mezclé en nada análogo. Mucho tiempo después fui hijo de Tractor, que es un programa que me parece que es muy similar a Premiere, y lo que permiten esos softwares es tener como muchas capas, y jugar mucho con el montaje, y a mí me parece que la escritura del cine contemporáneo se hace en montaje, porque es ahí donde uno le puede encontrar nuevas formas al cine, y Anhell69 fue pensado como en una película de módulos, donde verdaderamente el sentido se iba a encontrar en montaje, entonces podríamos hablar que Anhell69 es casi una película ensayística, pues es una película que permite jugar en el montaje, resignificar muchas imágenes a partir de la voz en off y a partir de la edición. Ese proceso de montaje es como un juego, para mí es muy instintivo el montaje, porque incluso yo monto parecido como haciendo música, porque voy mezclando con sonidos, voy pensando como una transición puede pegar bien con otra, y como dos imágenes van creando un universo.
Sí, siempre me gustó mucho montar, y yo fui parte de una generación que creció con software digitales, yo nunca monté nada en cosas análogas, y en un momento de mi vida me gustó mucho mezclar …
Nunca estudié montaje, y me gusta tal como me gusta mezclar música electrónica. Monté parte de la película yo solo en un inicio, y en un momento como que me estanqué, y cuando me estanqué entraron dos montajistas, ingresó un montajista de Francia que se llamaba Mathieu Taponier, es un gran montajista, no es un montajista clásico tampoco, porque es un montajista que viene de la literatura, y él me ayudó mucho a entender la película, porque no solamente montamos, sino que conceptualizamos mucho más la película, y en ese proceso entró una montajista rumana que se llamaba Delia Oniga, que también es una gran montajista, que montó una película que me gusta mucho que se llama Inmaculate. Hicimos una triada que fue muy poderosa y fue divertido ese momento, fue mucho de pensar, no fue tanto de montar, sino de conceptualizar la película, y de entrar y darle forma a muchos lugares que yo no había podido entrar, montando la película es donde aparece esa parte donde habló que es una película trans, donde le doy sentido a lo que es la espectrofilia, donde aparece la frase de la cámara es mi arma; que lo que te digo, la película permitía jugar con la palabra, y al permitirse jugar con la palabra se podían entrar y hacer como versos que no estaban pensados en el guion.
Ya lo último que te quiero preguntar respecto a esta película, fue que el día que fui a verla, la fue a presentar un Alejo, uno de los personajes de Anhell69, y contó cómo llegó a la película, cómo se convirtió en tu asistente de dirección, y viendo la película y viéndolo hablar a él, la impresión que permanece dentro de mí es que es una película dura, oscura, con muchos caídos en batalla, donde hay mucho de la entraña y el espíritu de los que participaron en ese proyecto. Es una película que lo revuelca a uno por dentro, pero oyendo a hablar a Alejo y los proyectos que se hace a futuro, se siente que la película también proyecta luz, proyecta como un hilito de esperanza, como la luz tan necesaria como para que se conformen las sombras. ¿Por qué quisiste darle también ese final diríamos esperanzador a Anhell69, y también manifestar que, ante el desasosiego y la crueldad, todavía está el arte, está el cine, que hay un montón de cosas que nos brindan herramientas para enfrentar esta vida tan desgraciada y que lo aporrea tanto a uno?
Bueno, voy a responder dos cosas, primero en la película trabajaron y la ayudaron a construir muchas personas que quiero, incluso está acá conmigo Daniela Zuluaga, que también participó en la película, ayudó mucho, pues estuvo en muchos procesos de la peli, fue motivadora, coach, incluso nos ayudó muchas veces también a transportarnos. Y Alejo es de esas personas, porque yo creo que una película de estas características se crea con gente muy cercana a mi vida. Al final hacer cine es muy divertido, es un juego, más allá de que Anhell69 también sea una película muy oscura. No sé si es un final con luz, yo creo que depende mucho de quién lo vea, para mí es un final que invierte como los significados, donde posiblemente la vida no es la vida, y la muerte no es la muerte. Es una película que invierte totalmente la concepción de qué es la vida y qué es la muerte.
No sé si es un final con luz, yo creo que depende mucho de quién lo vea, para mí es un final que invierte como los significados, donde posiblemente la vida no es la vida, y la muerte no es la muerte.
Creo que Anhell69 no es una película que hable de muerte, o sea, es una película que menciona la palabra muerte, pero para mí el cine no habla de muerte, lo que habla es de vida todo el tiempo, y lo que estamos viendo en la película son existencias en su máxima expresión, y lo que estamos viendo todo el tiempo son como las estelas de luz que dejaron todas esas existencias, por eso en la película hay una metáfora que es la espectrofilia, nosotros al ver cine siempre estamos viendo el pasado, siempre estamos viendo fantasmas, y esos fantasmas siempre están vivos cada vez que volvemos a ver esas imágenes, entonces Anhell69 verdaderamente es un homenaje a la vida y a la memoria, y de cómo es tan importante que se hubiera hecho esa película para que esas vidas todavía estuvieran presentes en estas conversaciones, y por eso es que el cine es una herramienta tan interesante, porque sin esa película de pronto hubiera sido una generación que se hubiera perdido, y no tuviéramos un registro.
Pasemos al otro tema, que es tu experiencia reciente en la Residencia en Cannes, un programa muy prestigioso del Festival de Cannes. Yo solamente podría mencionar un director extranjero que ha estado allá, el director de la película que estuvo compitiendo en los Oscar con El abrazo de la serpiente, el de la película El hijo de Saúl, pero sí sé que Rubén Mendoza, Oscar Ruiz Navia, William Vega, Juan Sebastián Mesa, y ahora César Acevedo, que está a punto de estrenar Horizonte (2025), su segunda película, pasó por este espacio tan apetecido. ¿Con cuántos cineastas te tocó estar en esta ocasión?
Con cinco.
Es sabido que es una selección con muchos filtros para que, finalmente, lleguen cinco o seis cineastas de todo el mundo. ¿En qué consiste este programa?
La verdad es que es muy libre, pues por lo que he percibido, el acercamiento que yo siempre he tenido con Cannes, en especial como en esas elecciones oficiales, es que es muy libre, no es un programa que te exija terminar un guion, es confianza pura y vives en París, te dan un lugar de residencia, te dan un dinero y confían en ti y a veces te invitan a ciertos festivales de cine, y ahora, pues que esto es nuevo, antes no pasaba con las personas que estuvieron antes, te dan un script consultant para que te ayude con tu guion.
Y cuéntame lo que puedas de este segundo trabajo, Falso Positivo. Contaste que, por ejemplo, para Anhell69 no tenías un guion, ¿cómo has trabajado ahora esa diferencia, si tal como dijiste no hay una obligación de terminar un guion, pero de alguna manera también tiene que ir trabajando a un ritmo que uno mismo se impone?
Esta es una película distinta, porque digamos que en ese aspecto Anhell69 es una película que juega más con la improvisación, Falso Positivo es una película que tiene como una estructura mucho más definida desde el inicio, es una película también de ideas, es una película modular, y no es una película que termine hablando explícitamente de los falsos positivos, o sea, es una película que sí bebe de los falsos positivos que pasaron acá en Colombia, pero lo que le interesa es entender la metodología de esos falsos positivos para hablar del cine, y para hablar de un momento histórico que yo creo que estamos viviendo, que es la posverdad, que es la manera como consumimos información, y cómo ya no sabemos que es verdad y que es mentira y, a partir de eso, casi construir una ciencia ficción, pero no una película de ciencia ficción como Matrix o algo así, sino como la ciberchunchurria, como la ciencia ficción, que ya existe en esta realidad que vemos y que estamos habitando en este momento. No trata de explicar esas cosas, pero si le interesa es indagar de un poco la sociedad en la que estamos viviendo ahora, o sea, por ejemplo, cómo se vuelve a montar un presidente como Trump, me parece que Trump es como el gran icono de la sociedad en la que estamos viviendo.
… y cómo ya no sabemos que es verdad y que es mentira y, a partir de eso, casi construir una ciencia ficción, pero no una película de ciencia ficción como Matrix o algo así, sino como la ciberchunchurria …
Y cuéntame los otros cineastas con los que tuviste oportunidad de compartir ¿de qué nacionalidad eran, hiciste buenas migas con ellos?
Había una chica de Rusia, una chica de Marruecos, una niña de la India, y otra chica de Lituania, y un chico de Australia. La verdad es que puedo percibir que los cineastas del futuro son más oficinistas que cineastas.
¿Por qué dices eso Theo?
Porque son muy concentrados escribiendo sus guiones y esas cosas. Ya no existe Fassbinder. (Risas)
Fassbinder y sus 42 películas como en 36 años de vida.
Sí, la locura de Fassbinder ya es como, bueno no sé, esas instituciones como Cannes igual ponen de antemano como un prestigio y una cuadrícula. Como un almidón. Frente a muchas cosas, de pronto hay como mucha responsabilidad en esos lugares.
Pero, así como a nivel de seres humanos, ¿cómo fue el trato con ellos? ¿cómo fue tu acercamiento también como un profano tener la oportunidad de estar allá en contacto con, no solamente con las personas, con todo un bagaje que cargamos cada uno?
Pero no entiendo la pregunta.
Te lo digo porque la fama es que allá las fiestas son legendarias, las de esa casa de la Residencia.
Pero es lo que te digo, eso ya no sucede, ya toda esa idea de la juerga no existe, por eso te digo, los cineastas del futuro, los que me tocaron a mí, son ya más oficinistas que esa idea que se tenía del cineasta romántico. Sí, ya son como más burócratas, oficinistas, más conectados con sus redes sociales.
¿Y tu experiencia con el script consultant o alguien especializado en guion, cómo te fue en ese aspecto?
Mi proceso siempre es atípico en esas cosas, porque apenas ahora voy a tener la primera sesión, pues apenas la voy a conocer. Es una guionista francesa que actuó en una película de Bresson, no sé si has visto El dinero.
Esa no la he visto
Tiene un personaje ahí como pequeño. Bueno, está ahí y apenas lo voy a hacer porque sentía que no era el momento de hacer todavía script consultant, cuando el guion no estaba estructurado, sin haber terminado lo que quería hacer. Hacer una película es un largo camino, pero que ya no te desanima después de la primera experiencia. Hacer películas siempre es lo mismo, yo creo que hacer una película es como ser muy masoquista, recibir muchos no, pero uno sabe que lo va a hacer, pues siempre hay que tener mucho optimismo, pero es el mismo camino. De pronto hay cosas más posibles, de pronto te pueden ver en un fondo con mejores ojos, pero todo es muy incierto. Digamos, este año vamos a aplicar al FDC y no sabemos si vamos a ganar, y si no ganamos un FDC, complica la producción de la película, porque se necesita para que esta nueva película se haga, y si no se gana, atrasa los tiempos en los que pensamos hacerla, pues es incertidumbre total, pero no sé, uno ya escogió, o cree uno que ya escogió una profesión, pero es una profesión de muchos no, a veces sale un sí, si uno tiene buena suerte. Y mucha persistencia
Y posterior a tu experiencia en la residencia en Cannes, en este programa, estuviste en Berlín, en Talens Berlín. ¿Nos cuentas cómo fue esa experiencia, con qué proyecto llegaste, con el mismo proyecto que estás desarrollando?
En Talens se puede ir con un proyecto, hubiera podido ir con Falso positivo, pero es una aplicación súper larga, y solamente fui como un Talent regular, con el que tienes acceso a ciertas charlas, a un cierto módulo del Talens, y lo que hice verdaderamente hice fue que vi varias películas, o sea, iba por la mañana a unas cosas del Talens, y luego iba a ver películas en la tarde.
Anhell69 SE PUEDE VER EN: