Diòba: Notas de creación, de Adriana Rojas Espitia

La palabra en la hoja

Joan Suárez

 

El método que propone esta cartilla es producto de develar y sistematizar,
paso tras paso, el proceso que todo narrador hace en buena parte inconsciente o
intuitivamente, sirviéndose en general de la técnica del ensayo y el error.

Cartilla de narrativa audiovisual
Dunav Kuzmanich

Los sonidos silenciosos del bosque no dan clausura, todavía dejan ver el cielo y oír el pensamiento de Diòba más allá de la pantalla de cine. Así como esta mujer indígena emberá eyábida con su espíritu resiste y explora las grietas de su vida, una contemplación de lucecitas, y emprende una travesía retrospectiva por su senda y esencia para enfrentar su conflicto interior, ahoraes la directora Adriana Rojas Espitia quien extiende la cámara de su mano y decide expandir su voz en palabras con su libro Diòba: Notas de creación, un texto que celebra y describe la trayectoria de las imágenes y el camino creativo de la cineasta en su primer largometraje de ficción. La directora también contrapone paso a paso su viaje creativo desde los bajos criterios de producción hasta la acción colaborativa.

 

Diòba significa sola, en lengua emberá eyábida. La idea de la directora y guionista en su libro es nombrar a cada una de las personas con las que fue custodiada para su sueño, una serie de escuderos que abrazaron la inmensidad de su propuesta que terminó en la película y enseguida se dilata en el tiempo con este libro. Un diálogo refrescante para el lector desprevenido o la artista interesada en los procesos de escritura cinematográfica. Paradójicamente, este libro como la película, es una soledad creativa y asociativa con distintos actores del mercado audiovisual y, por supuesto, mujeres de la comunidad indígena emberá eyábida.

 

En el libro Diòba: Notas de creación, sobresalen cuatro capítulos en partes integrales que describen los aspectos formales, tanto para el guion y la ejecución a niveles: estéticos, fotográficos, pictóricos, referentes cinematográficos y fuentes de inspiración. Igualmente, expone el método de producción colaborativa y cómo se gestó el largometraje, un conjunto de acciones asociativas y alianzas.De esta manera, las palabras en las hojas del libro son un fuera de campo ilustrativo y didáctico para cualquier interesado en la narración audiovisual. La voz en primera persona de la directora aparta las imágenes en movimiento a párrafos contemplativos y estos se adueñan del lector a momentos de conciencia y memoria. Los fotogramas desgranados siguen más allá y dan un suspiro de lectura sonora, una confesión: –así lo hice, –susurra la autora–.

 

Todas las voces en los distintos momentos o fases de realización aparecen para la complicidad y la exposición de los interesados y muestra un posible nuevo camino para hacer cine, alejados de convocatorias públicas o fondos oficiales, como se lee a modo de introducción. Una línea por la que han ido otros directores, según dice la misma autora y directora al referirse al cineasta portugués Pedro Costa y su libro Un mirlo dorado, un ramo de flores y una cuchara de plata(2011). En consecuencia, estas notas son una pequeña dosis de desobediencia y motivación al espectador:–también lo puedes hacer, –dice la directora–.

 

Las notas de creación tienen resonancia al nombrar la soledad que a veces acompaña la creación y la fuerza, desde la terquedad y perseverancia, que todo artista debe tener para estar en comunión con otros espíritus creativos, red de conexiones y aportes. Y se presentan, algo poco usual, los detalles invisibles (y de tensión) para el espectador y el viaje no solo físico (en el rodaje), sino también emocional y social que encaró la directora con su equipo. Es una reflexión profunda sobre el proceso de creación cinematográfica, visual y evocadora. Y en su interior tiene un texto poético, un canto Êmbera Eyábida Diòba, compuesto por la cineasta y documentalista indígenaMileidy Domicó. Y una dedicatoria memorial a la presencia mística de Luz Jamira Forastero, indígena que perteneció a la comunidad Emberá Dobidá.

Las notas de creación tienen resonancia al nombrar la soledad que a veces acompaña la creación y la fuerza, desde la terquedad y perseverancia, que todo artista debe tener para estar en comunión con otros espíritus creativos, red de conexiones y aportes.

 

De este modo, las notas de creación son una serie de reflexiones, memorias y anécdotas que iluminan de manera híbrida al lector – espectador con respecto a la visión no solo del cine, sino también de la película en mención, Diòba. Estas notas de bitácora cronológica son una guía estimulante que ofrece las pistas, claves y trucos para ser un narrador. El texto, sin ser una libreta de anotaciones, un diario (donde se ocultan los fantasmas personales), ni siquiera un cuaderno de apuntes con rayones o tachones, nos adentra en modo singular y ceremonioso en el camino de la creación artística, desde las locaciones, elección de reparto, el sonido y el color hasta las decisiones estéticas y poéticas.

 

Este libro son las acotaciones discretas de la directora, no solo de los ingredientes necesarios, sino el proceso de preparación para la materialidad de su película y que bien podría replicarse como esquema o método en otros procesos de narración audiovisual. Y celebro su apuesta creativa que propone, a través de este libro, una senda para contarle al lector – espectador los misterios, el asombro y los desafíos para hacer cine. Ante la ausencia de una última página de comentarios en Diòba: Notas de creaciónpara el lector – espectador tras la lectura del libro y el visionado de la película existe esta reseña. Y reitero, es un fascinante viaje por la memoria de una creadora para quien el arte, el cine y la creación son una misma y única cosa, nada se hace solo o sola, es una urdimbre arbórea.

 

Notassobre esta reseña

Los pensamientos de los artistas y cineastas, a veces, no tienen un interruptor y deciden encender, para expandir, excitados sus ideas. Lo que no alcanzan a decir en los créditos finales de la película, por ejemplo, lo ofrecen en abundancia pedagógica a través de notas, cartillas, cuadernos, anotaciones de rodaje o diarios. Me permito nombrar algunos de referencia nacional y otros, si se quiere, de esfera global o dato cultural.

 

Un buen instante para recordar y honrar la presencia palpitante y perdurable de Dunav Kuzmanich y su Cartilla de Narrativa Audiovisual(2008); este es un manual publicado, en aquel entonces, por el Ministerio de Cultura y explica el método de trabajo de este director; una síntesis generosa de su vida como creador audiovisual. Responsable de títulos clásicos y emblemáticos tanto para el cine colombiano como el nombre simbólico e histórico de esta revista: Canaguaro(1981), y con guion literario de Isabel Sánchez Méndez; y Cóndores no entierran todos los días(1984). La cartilla está disponibleen El Observatorio Iberoamericano de Cultura,OIBC. Las películas citadas están, recién estrenadas,en la plataforma rtvcplay.

 

Así mismo, está el archivo de Víctor Gaviria (donado por el autor a la Cinemateca Medellín, 2018), que incluye apuntes, notas al margen, guiones de películas, cuadernos, manuscritos, entrevistas y ejercicios de adaptación de La vendedora de cerillas, de Andersen, al relato de la película. Y está el libro, a modo de notas creativas, La vendedora de rosas: guión cinematográfico(2012). Este incluye el guion original, reflexiones y conversaciones con actores y guionistas sobre el trabajo de campo y su metodología de investigación etnográfica y antropológica.

 

Y la figura fundamental del cine documental en Colombia y América Latina, Marta Rodríguez. Su legado está disponible en La Fundación de Cine Documental Investigación Social, fundada con Jorge Silva; en este archivo están las bitácoras de rodaje y su acervo fílmico, audios, imágenes, entrevistas y artículos.

 

Finalmente, están los libros (y un documental) sobre el proceso creativo de cineastas y directoras que cualquier lector o lectora puede emprender la arqueología cinéfila: Andrei Tarkovski – Esculpir en el tiempo(1985); Ingmar Bergman–Imágenes, Diarios de un cineasta (2001); y Agnès Varda –Varda by Agnès(2019), una especie de autobiografía audiovisual donde explica y medita sus procesos creativos.

 

Cada una de estas extensiones literarias y cinematográficas son un maravilloso texto en modo epistolar para el lector – espectador, pues es sin duda el desenvolvimiento espiritual de los directores y cineastas.