Entrevista a Jorge Forero

Las películas son más sabias que uno

Óscar Iván Montoya

A partir de la idea original de Alma Rodríguez, recordada por Tierra en la lengua (2014), de Rubén Mendoza, esta actriz y otras dos grandes intérpretes, desarrollan juntas un drama sobre la maternidad. Ana, interpretada por Alma, viaja intempestivamente a Colombia para pasar el fin de semana con su abuela Lucía, Vicky Hernández, en una casa de campo. Allí la recibe Julia, Ana María Sánchez, su madre, una escritora en sus sesentas, con quien nunca tuvo una buena relación. Julia dejó a su hija en manos de su madre, quien asumió la crianza de Ana desde pequeña. Las interacciones entre las tres son incómodas. Ana confiesa a su abuela que tuvo un aborto debido a un embarazo no planeado ni deseado. La posibilidad de la maternidad la ha afectado profundamente, lo que la llevó a buscar refugio en la casa de su abuela.

 

Matrioshka (2025) está sostenida sobre los diálogos entre estas tres mujeres, pero también sobre lo no dicho, sobre los entresijos familiares sofocados, y cómo estos se va pasando generación tras generación: “Tiene que ver con la transgeneracionalidad de una abuela, una madre y una nieta, de cómo los secretos de las relaciones familiares pueden ir atravesándolas y afectar sus vidas”, comenta su director Jorge Forero. “Nos parecía que la figura de la matrioshka, esta muñeca rusa que está compuesta por figuras idénticas dentro de ella, daba cuenta simbólicamente de lo que la película estaba planteando en relación a repeticiones de ciclos, las relaciones y los vínculos femeninos en una familia”, agrega. Matrioshka propone una visión desgarrada pero comprensiva de las difíciles relaciones: mujeres que sostienen y reconstruyen sus vidas pese a las incertidumbres, observación puntillosa de la cotidianidad, del espacio interior y exterior, del conflicto no espectacular, sino diario, pero que también resquebraja y altera.

 

Jorge Forero es uno de los más reconocidos cineastas colombianos, quien también es productor de emblemáticas películas como La tierra y la sombra, de César Acevedo (2015), Siete cabezas, de Jaime Osorio Márquez (2017) y, recientemente, de Los sueños viajan con el viento, de Inti Jacanamijoy (2024). Además de las tres notorias actuaciones, Matrioshka esuna película que se destaca por tener un gran equipo de mujeres, encabezado por María Alejandra Mosquera en la producción, Tatiana Andradeen el guion, Lola Gómez en la fotografía, Lili Cabrejo en el diseño de producción, María Linares en la música, Ana Godoy en el montaje, entre muchas otras.

 

 

Estamos a casi diez años del estreno de tu ópera prima, Violencia (2015), y ahora que llegas con tu segundo largometraje Matrioshka, ¿qué vínculo existen entre estas dos películas, porque aparentemente están distanciados, tanto por el tipo de protagonistas, como por la temática, como por el tipo de locaciones, pero yo veo que hay como un vínculo secreto entre estas películas, un poco lo que dijo Alma Rodríguez en la presentación en algún festival, que todas las situaciones tienen como una escala, como que muchas de las cosas que nos causan grietas a nivel de un entorno más familiar, la célula más pequeña, sino diario todo eso se reproduce como sociedad, como que todos estos elementos externos que vienen como a resquebrajar la unidad, en un caso de la familia, y en el caso de tu primera película, como un entorno y una sociedad más global?

 

Sí, pues es bien interesante, porque claro, que el debut en dirección de largometraje con Violencia, película en la que había muchos elementos que me interesaban, pero que básicamente estaban construidos sobre la cotidianidad, sobre la vivencia en esa cotidianidad, en unos determinados entornos que eran los que iban gradualmente modificando a las personas que vivían en esas situaciones. Entonces, claro, cuando me acerco a Matrioshka, pues es otra cosa completamente diferente. No sé si te acuerdas en Violencia, pues el primer diálogo es como a la media hora de la película y, al contrario, Matrioshka está sostenida sobre el diálogo, está sostenida sobre las interpretaciones de estas tres grandísimas actrices, que son Alma Rodríguez, Ana María Sánchez y Vicky Hernández, que conformaron un elenco maravilloso.

 

Y claro, y hay unas personas que ven mis películas y dicen, es que parece que fueran dos directores diferentes, como que parece dos cosas completamente distintas. Y claro, yo como que cuando recibí ese primer comentario, o esos primeros comentarios, no sabía si sentirme bien o sentirme mal, porque pareciera que hay muchas personas en el mundo del arte y del cine como que están buscando una identidad,o una firma, o una huella, o una forma, o una estética, o una narrativa, y están intentando depurar una única forma de hacer el cine, y a mí, en cambio, eso no me interesa tanto. Yo creo que cada película que uno quiere plasmar pues tiene su forma, es decir, creo que intentar meter lo que uno quiere decir en una única forma, por más depurada que sea, pues a mi manera de ver no me parece tan interesante.

Y claro, y hay unas personas que ven mis películas y dicen, es que parece que fueran dos directores diferentes …

Y, sin embargo, claro, cuando yo veo Matrioshka y cuando la hacía, yo decía, pero: “¿Es que esto soy yo?”, y yo mismo me respondía :“Claro que esto soy yo, esto soy yo como director y como cineasta”, porque justamente Matrioshka se estructuraba sobre una capa mucho más amplia que en Violencia, y tiene que ver con la cotidianidad, tiene que ver con la observación en el diario, en el cotidiano, de muchas de esas situaciones que pareciera que no son el centro dramático, ¿no es cierto?, que no son como los grandes temas.Entonces en Violencia, me acuerdo cuando estábamos haciendo la mezcla de la película en México, que fue en el estudio de Carlos Reygadas, y llegaba uno de los jefes de estudio y decía: “Vengo a oír cómo está quedando la peli, ponga la escena de tiros”, y yo le decía:“Pero es que acá no hay tiros”, y el jefe de estudió me ripostaba: “Pero ¿cómo así?, no se llama Violencia”, y yo le respondía que sí, y el man nada convencido seguía: “Pero no es sobre el conflicto en Colombia”, y yo le respondía que claro, y volvía y me preguntaba:“¿Y no hay tiros?”, y yo que no, y el hombre me respondía un poco perplejo: “Pues no hay tiros”, y entonces, claro, y ahora cuando me acerco como a un drama familiar, pues me acerco desde eso, desde la cocina, desde el baño, desde la ducha, desde estar acostado en el cuarto sin hacer nada, revisando los mensajes, estar trabajando, estar sirviendo la comida a la mascota, y luego todo eso, de una u otra manera, es súper importante, porque va articulando los vínculos y las relaciones de los personajes, y quiénes son ellos en los espacios privados, o en los espacios íntimos, y luego en los espacios más públicos, como son en la sala, en el comedor, cuando tienen que estar interactuando entre ellos.

Entonces yo creo que la apuesta es tratar de maravillarse con lo cotidiano, y creo que ahí es donde las dos películas, a pesar de ser dos temáticas, dos tratamientos formales bien diferentes, pues resuenan y se dialogan de alguna forma.

Y si bien Matrioshka está sostenida sobre esta idea de lo no dicho, de los secretos familiares, y cómo esto se va pasando generación tras generación, pues la construcción misma de la obra está aposentada sobre lo normal, sobre el silencio, sobre la comida, sobre si me tomo un vino, declamo poesía, camino, está construido sobre todos esos otros elementos, que son los que a mí más me interesaban en ese momento, y los que me parece que hace que podamos ser mucho más cercanos los espectadores con lo que estamos viendo en la película. Entonces alguien le comentaba que a mí no me interesa mucho crear un artificio grande, para luego intentar encontrar como una verdad dentro de ese artificio, sino que me interesaba mucho más acercarme a lo real, y desde lo real tratar de encontrar esa verdad, que el mismo espacio, el mismo lugar, las mismas personas que están ahí me otorgan. Entonces yo creo que la apuesta es tratar de maravillarse con lo cotidiano, y creo que ahí es donde las dos películas, a pesar de ser dos temáticas, dos tratamientos formales bien diferentes, pues resuenan y se dialogan de alguna forma.

 

Y en el aspecto de la escritura del guion ¿cómo fue el trabajo con Tatiana?, y haciendo referencia, por ejemplo, al guion de Violencia, que para como el minuto treinta se viene a escuchar el primer diálogo, ¿cómo fue ese trabajo de caracterización de los tres personajes principales?, ya que todo el peso de la película está sobre los hombros de estas tres grandísimas actrices, y cuando estabas escribiendo el guión, ¿ya tenías claro quiénes iban a ser las actrices de este trabajo?

 

Sí, porque mejor dicho, el proceso de creación de Matrioshka fue bien interesante, porque yo iba a hacer otro proyecto junto con María Alejandra Mosquera, que es productora de Matrioshka, íbamos a hacer otro proyecto en el que estábamos trabajando, se llamaba Familia, y era sobre los miembros de una familia, y cómo situaciones que tuvieron que atravesar en la familia cada uno de ellos desde su perspectiva, lo vivió de una forma diferente, y eso causó grietas, y esto era como un viaje de regreso también de un personaje, donde podía darse cuenta que las cosas no eran únicamente como él las había percibido, sino como los demás también podían percibirlas.

 

Entonces llegó la pandemia, cuando íbamos a rodar tocó cancelarlo, y Alma Rodríguez en ese momento estaba trabajando en otro proyecto sobre la misma premisa, y se acercó a María Alejandra a proponerle el proyecto, y en esas María Alejandra pues me lo propuso a mí, y yo lo vi, y hablando con Alma y con María Alejandra, fue como,me interesa, pero bajo la condición de que esto hay que escribirlo de nuevo, o sea, es un proyecto que hay que gestarlo desde cero, sobre la premisa que tenía Alma, entonces está basado en una idea original de ella, pero sobre esa idea había que gestarlo desde cero, entonces ahí fue donde yo me senté a escribirlo, justamente porque mi padre falleció en el 2020 durante la pandemia, y ahí fue donde yo dije, tengo que hacer una película donde yo vea a mi papá en pantalla, donde yo vea a mi abuela en pantalla, donde yo vea a mi mamá, donde yo vea a mis tías, porque no me reconozco en la mayoría de las representaciones que se hacen en televisión y en cine en Colombia porque, justamente, son películas donde los personajes atraviesan grandes dramas, y que luego son analizadas desde lo antropológico, desde lo sociológico y demás, y a mí eso no me interesa, no me interesa para nada.

 

Yo quería ver una familia como mi familia, y quería hacerle un homenaje a mi papá, entonces ahí es donde me siento escribir Matrioshka, y fue muy lindo porque también vino de un taller que yo tomé con una dramaturga colombiana muy chévere y muy importante que se llama Carolina Vivas, y ese taller de dramaturgia que tomé con ella, pues para mí fue muy revelador, porque me llevó a tener que escribir la película de una forma completamente diferente a como se nos ha enseñado, que es la forma clásica en el cine. Entonces acá empecé a escribir una escena sin saber para dónde iba, ni de dónde venía, ni de qué se trataba la película, ni cuál era el conflicto, ni nada, sino era más bien de estar escuchando los personajes, y estar permitiendo que ellos fluyeran a través de mí, y se fueran asentando en el papel, entonces fue un proceso así donde arranqué en una escena de la mitad, digamos, y luego hacía una escena del comienzo, otra al final, y luego vamos a ver cómo se articula esto, pero fue un proceso donde, de verdad, fue muy de permitir que me atravesaran los personajes, y ellos mismos fueran cogiendo vida en el papel.

 

Entonces siendo como muy coherente con ese modelo de no estar imponiéndole a la gente nada, o a los personajes me refiero, de no estar tratando de imponerles desde lo racional, lo que le propuse a las actrices es que los siguiéramos construyendo en el trabajo con ellas, lo que llevó a que ensayáramos mucho, dos meses antes del rodaje estábamos ensayando, y no leíamos escenas y no era:“Bueno vamos a hacer esta escena”, sino que planteamos situaciones, y en esas situaciones cada una de ellas aportaba y, sobre todo, que se iba construyendo una relación filial entre abuela, madre y nieta, entonces la abuela que yo tenía en la cabeza pues no es la abuela que quedó, la madre no es la madre, la hija no es la hija, porque tampoco yo estaba amarrado a la idea de que tenían que ser de determinada manera, y que las actrices tenían que llegar y yo decirles:“Mira este personaje es así, así, así, y está enmarcado y tiene que ser así”, sino que fue un trabajo sobre estos conflictos, sobre estas relaciones, y ya con las actrices, poniéndole la carnadura como seres humanos, podíamos desarrollar estas relaciones, y se fueron relacionando y se fueron construyendo vínculos entre ellas, que fueron modificando el carácter de los personajes y, por lo tanto, fueron reescrituras y reescrituras sobre el mismo proceso de la creación, de los ensayos, de las improvisaciones que íbamos haciendo.

… fue un trabajo sobre estos conflictos, sobre estas relaciones, y ya con las actrices, poniéndole la carnadura como seres humanos, podíamos desarrollar estas relaciones …

Y luego, claro, llegué a un punto donde yo sentía que todavía faltaba amarrar cosas, como que tenía las cosas más grandes, más macro, los personajes y demás, entonces ahí fue donde le escribí a Tatiana, y le dije que si se quería unir a esta locura, y se quiso unir afortunadamente, y Tatiana empezó con detalles a potenciar la película, a justamente brindarle a la película sutilezas, empezar a proponer a la película acciones, que nuevamente pareciera que no son las del centro dramático, pero que hablan y que dicen, y entonces está lo de la mascota, y entonces está lo del espejo, y después, claro, llegamos al rodaje con esta metodología a seguir creando en el set, no llegar a intentar representar algo que está en un papel muerto, sino seguir con esta misma dinámica para crear en el set.

 

Entonces, y regresando un poquito a tu pregunta sobre las tres actrices, pues no fue un ejercicio realmente de casting, no se hizo un casting abierto, fue como que pensé que esta estructura se necesitaba sostener sobre tres actrices increíbles, y fue directamente una invitación, así como:“Mira es esto y esta es la metodología que te propongo”, y bueno, por fortuna las tres aceptaron. Bueno, ya Alma era parte de la gestación, pero las otras dos aceptaron, y eso nos permitió pues como esta dinámica que se expandió a todos los departamentos, desde el modelo de producción hasta fotografía, arte, sonido y demás.

 

Unas semanas antes de irnos a rodar,la locación donde íbamos a rodar se cayó, y eso era otro clima, era otro tipo de casa, otro tipo de estrato socioeconómico o, mejor dicho, era otra casa, entonces eso nos llevó a que en la nueva locación también empezar a pensar como lo mismo que con las actrices,y era pensar: “Qué es lo que nos está dando este lugar”, y entonces en vez de intentar modificarlo y cambiarlo para que sea algo que no es, y que se acomode a una idea preconcebida, por el contrario, este lugar, y este espacio, y este clima, y esta lluvia, y esta agua, y este frío, cómo se integran con los personajes, y los personajes cómo se integran a este lugar, y eso modificaba el vestuario, eso modificaba el maquillaje, eso modificó todo, pero no en mala manera, sino en que era un ejercicio de cocina casi, como ir poniendo ingredientes, y lo que iba surgiendo era bienvenido, y no estábamos aferrados a una receta, sino ir permitiendo que las cosas fueran surgiendo. Por ejemplo, hay una secuencia donde se va la luz, y eso surgió pues porque en esa locación se iba la luz cuando llovía mucho, y no se nos fue afortunadamente, pero era permitirle meter la vida misma a la película.

 

¿Y de qué manera funcionó esta simbiosis de estas tres actrices?, pues Alma tiene una experiencia ya reconocida en cine, sobre todo yo la recuerdo en la película de Rubén Mendoza, Tierra en la lengua(2014), Ana María Sánchez tiene una trayectoria grandísima en televisión y en cine, la vi en Paraíso Travel (2008) y La primera noche(2003);y de Vicky Hernández que más se puede decir, aparte de subrayar que es como la matriz, la matriarca del cine nacional, recordaba no más viéndola como en ese ambiente un poco rural, esas imágenes de La mansión de Araucaima (1986), de hace casi 40 años; esta mujer que ha estado como en todas las épocas del cine colombiano, de sus épocas más difíciles, también en las de alguna bonanza, pues ella estuvo en La estrategia del caracol(1993), que es una de nuestras películas emblemáticas, o En Confesión a Laura (1990), que es una joya de nuestro cine. ¿Cómo artista, como director, qué aprendizaje te puede ofrecer el dirigir a una mujer que ha atravesado prácticamente toda la historia de nuestro cine reciente y pasado?

 

No, pues eso fue una maravilla, pues yo en general en la vida lo que intento como director y como productor es rodearme de gente que sea mucho mejor que uno, pues digo, si yo llevo veinte años en esto, pero a veces volteo y me siento como un aprendiz, como que veo tanta gente tan talentosa, con tanta experiencia, que me maravillo, y lo único que pienso es ser como una esponja, absorbiendo, y conociendo, y reconociendo, y viviendo; entonces para mí es un placer, y también por el otro lado,pues también asumir que llevo veinte años en esto, y que, desde luego, que dentro de una producción tengo unas responsabilidades y unos roles determinados, y en este caso pues soy el encargado de dirigir un barco y, por lo tanto, era intentar sacar lo mejor de cada persona, desde los asistentes más novatos e inexperimentados, hasta de las actrices más talentosas y reconocidas, entonces era este ejercicio.

… yo en general en la vida lo que intento como director y como productor es rodearme de gente que sea mucho mejor que uno, pues digo, si yo llevo veinte años en esto, pero a veces volteo y me siento como un aprendiz …

Yo cuento la anécdota que en algún momento estaba en el set, ponle tú un jueves cualquiera de la semana, once de la mañana, y estamos grabando una escena muy intensa, muy potente, muy emocionante, y estoy ahí en el monitor viéndola, y como que me volteo y veo a todo el mundo trabajando, súper concentrado en lo que está pasando, y yo decía: “Juepucha, es increíble que uno tenga el privilegio de estar haciendo esto”, era tan bello, había tanta magia en lo que estaba pasando, había tanta energía, tanta creación, tanta vida, y estamos hablando de momentos de pospandemia, donde había tanto miedo, tanto dolor, tanta enfermedad, tanta muerte, y nosotros ejecutando un ejercicio creativo, artístico, sensorial, emocional, todo eso era muy bello, y es un privilegio, un gusto, y es lo único que tengo que hacer, pues como agradecer a la vida, y a esas oportunidades, y a la gente que ha decidido embarcarse en las películas conmigo.

 

Y así como te defines como el capitán de este barco, en esta segunda experiencia de largo aliento, ¿a qué retos te enfrentaste en esta peli que, de pronto, en Violencia no tuviste el sinsabor o la fortuna, no sé cómo lo asume cada cual, y que fuera en este trabajo ya con más callito y con más experiencia que lo pudiste sortear?

 

Yo creo que son dos experiencias como bien diferentes, creo que Matrioshka implicó un renacer también, sí, y un renacer en un buen sentido, y esto va a sonar un poco raro, pero es como que en algún momento tú tienes la posibilidad de escoger la gente con la que trabajas, pero ojo a lo que voy, no es porque determinada persona sea buena o es mala, creo que no pasa por ahí, creo que pasa por poder escoger con el tipo de gente con el que te quieres rodear, ¿no es cierto?, y esto atraviesa algo más allá de su capacidad técnica o artística, acá también nuevamente trabajé con gente que era la primera vez que trabajaba en una película, y cometieron errores, pero los asumíamos de la manera más amorosa y tranquila, o gente con muchísima experiencia que,sin embargo,nunca había tenido la posibilidad de ser cabeza de equipo, como la directora de fotografía, Lola Gómez, veinte y pico de años de experiencia haciendo fotografía, y era la primera vez que podía ser directora de fotografía de un largometraje, había pasado por muchas experiencias donde la llamaban y le decían:“Bueno, ¿cuántas películas has hecho?”, y a ella le tocaba responder:“No, ninguna”, y el comentario era: “Ah no, entonces no”, e iba siendo descartada, en un entorno súper machista como es el de la dirección de fotografía;o el caso de Lili Cabrejo, una amiga nuestra, con la que ya había trabajado en Violencia, ella haciendo maquillaje, hizo todo, además organizó utilería, ambientaciones, escenografía, ganó el premio Macondo al mejor maquillaje por Siete cabezas, y ella en algún momento me dijo hace dos años: “Yo quiero ahora asumir la cabeza de un departamento, quiero ser la diseñadora de producción, la directora de arte de un proyecto grande”, y acá fue una cosa muy natural, me dije con Lili voy a hacer esta película, la vamos a hacer ya, vamos a salir a hacerla ya, ya, ya.

 

La escribo, la financio, la produzco, la dirijo en seis meses, junto con un equipo muy compacto, con María Alejandra, Alma, Carlos García, apoyo fundamental desde Indian Blond Films y demás, y Lili fue como de una, se puso la camiseta, y también hay que decir que es una mujer con más de veinte años de experiencia en el audiovisual colombiano, y tampoco nunca había podido ser cabeza de equipo en un largometraje;o María Linares, la compositora de la música, una mujer también con más de veinte años de experiencia, presidenta o no sé cuál sea el término de las asociaciones de músicos para cine, y había trabajado mucho en televisión, y en otro tipo de proyectos, pero nunca había podido hacer la música original de un largometraje, y también fue como venga, como hagamos esto, nunca hemos trabajado juntos, y no importa, confío en usted, creo en usted, sumémonos a esta aventura, porque había algo desde lo humano, desde lo energético, desde lo filosófico, desde la cosmogonía cinematográfica, no sé, desde como lo quieras llamar, que da una libertad de poder invitar a la gente, y que con toda la humildad del caso, como que mi trayectoria también les permitía confiar en que lo que se iba a hacer, iba a estar chévere, como que iba a salir bien.

La escribo, la financio, la produzco, la dirijo en seis meses, junto con un equipo muy compacto, con María Alejandra, Alma, Carlos García, apoyo fundamental desde Indian Blond Films …

Cuando hicimos Violencia, por el contrario, nadie me conocía, nadie sabía nada de mí, era una apuesta, era mucho más radical formalmente, fue con un equipo pequeñito, y era otra cosa, era también como la incertidumbre, el pensar de si iba a quedar bien o mal, el guión de Violencia pues eran solo diez páginas, no, era otra cosa completamente diferente, y era mucho más como “hijuemadre, qué tal, ¿cómo irá a quedar esto?”, ¿será que sí va a quedar bien?Acá ya estoy en un punto de mi vida donde básicamente me da igual, hacemos lo mejor que podemos, le metemos todo el cariño y todo el rigor, pero no estoy preocupado de si la gente le va a gustar o no le va a gustar, si me van a seleccionar de tal festival, si me van a poner alfombra o no me van a poner alfombra, creo que no pasa por ahí, no, creo que las películas van encontrando su audiencia, son más sabias que uno, y van encontrando con quien necesita verlas.

 

Yo aprovecho, Jorge, que aparte del reconocimiento como director, tienes toda una trayectoria como productor, para que me hables de tu empresa Marginal Cine, que lleva relativamente poco tiempo de fundada, cuatro o tres años, algo así,¿cuál es el espíritu de Marginal,  y cómo te fue en esta primera experiencia como productor ya general de la peli, y me cuentas cómo se unió Carlos “Kaos” García, que me parece muy importante el aporte de él, no solamente como en la parte de producción a través de su empresa Indian Blond Films, sino en su aporte al diseño sonoro, él que es el putas en ese aspecto (Risas), a un tipo que ha trabajado con Lars von Trier no se le puede bajar menos de ese término?

 

Yo fui fundador de Burning Blue, y durante la realización de Memoria (2021), surgieron diferencias irreconciliables, y eso llevó a que Burning Blue entrara en liquidación, y yo no estaba tan seguro de querer montar otra productora, y entonces llegó la pandemia y todo lo que trajo, entonces tocó reinventar, porque la obligación era reinventarse, y después de intentar reinventarme mucho, por lo menos teóricamente, dije: “Pero es que yo no sé hacer nada más, yo solo sé hacer películas”, entonces creo que la reinvención vino justamente derivada de los procesos, las fórmulas, la ética laboral, vino de poder adoptar otra forma de hacer, ¿no es cierto? Entonces la reinvención no vino de cambiar de oficio, sino de la forma de aproximarme al oficio, la forma del hacer y de vincularme con las otras personas y las otras empresas,y bueno, vengo produciendo la ópera prima de Juanita Gonzaga, y claro ahí también se volvió una necesidad de crear una compañía, y ya luego surgió Matrioshka.

 

Marginal se fundó en el 2021, y lo primero que hicimos fue coproducción con Adriana Rojas y su película de Diòba (2023), esa fue como la primera, luego la segunda película que produjimos fue Los sueños del viajan con el viento, de Inti Jacanamijoy, y paralelo a todo esto, iba siendo el proceso de Matrioshka, que fue como el tercer hijito en tres años. Tres años tres películas, y me parece que no es un mal récord, y ahorita, claro, siguen creciendo cosas, con la liquidación de Burning Blue nosotros estábamos trabajando con Jorge Navas en un proyecto que yo ahora estoy liderando, una película que se llama Al final de la noche. Vengo también produciendo la próxima película de Inti Jacanamijoy, trabajando en coproducción también con Adriana Rojas con su próxima película, y yo vengo desarrollando mi siguiente largometraje como director, que se llama Invisible, que es una idea original de Andrés Castañeda, el actor de El Páramo (2011), y también estuvo en Violencia, estuvo en Siete cabezas, en diferentes películas; y entonces, en este proceso de producción, y de la realización, pues un aliado siempre fue Carlos “Kaos” García. Con Carlos nos conocimos desde el año 2011-2012, tal vez, porque juntos participamos en un taller en Valdivia con diferentes proyectos. Él tenía un proyecto, yo tenía Violencia justamente en ese momento. Él estaba en este tema que acaba de regresar al país, o iba a regresar por esas épocas, entonces Violencia fue como la primera realización de él como diseñador sonoro acá en Colombia, y que más allá de que, como bien lo dijiste, sea el putas en el diseño sonoro (risas), pues además del grandísimo talento que tiene, pues es un buen amigo, y en eso de ser amigo y ser talentoso, pues era como muy natural en él.

Marginal se fundó en el 2021, y lo primero que hicimos fue coproducción con Adriana Rojas y su película de Diòba (2023), esa fue como la primera, luego la segunda película que produjimos fue Los sueños del viajan con el viento, de Inti Jacanamijoy …

María Alejandra estaba trabajando en Indian Blond Films que es la productora de él justamente, y entonces ahí nos reunimos con Carlos, y fue como irresponsablemente responsable de meternos de cabeza y decir, hagámosle, sigamos trabajando juntos, y sí, yo en Carlos confío mucho, pues no solo hizo Violencia conmigo, ha hecho el diseño sonoro de las dos películas que he dirigido, pero él también ha hecho el sonido de otras películas que yo he producido, y pues siempre es una pieza fija, y la pasa bien además, y se divierte, y pues es fundamental ese apoyo, creo que esa cosa de poder sentarse con una persona también desde lo humano, y no únicamente desde lo pragmático empresarial, pues es fundamental.

 

Jorge, la peli antes de entrar a cartelera tuvo un circuito de festivales, ¿dónde tuvo su estreno mundial y cómo fue ese recorrido, y cuál fue la retroalimentación de ver la película en escenarios internacionales y cómo la gente la recepcionaba?

 

La película la estrenamos el año pasado en el Festival de Cine de Shanghái, que es el festival más grande de China, festival clase A, ¿no? Con alfombra roja, transmisión por televisión, todo lo que quieras. Y en el contexto asiático pues es tan importante como en nuestro contexto, el lado occidental, lo que podría ser Cannes, Berlín, etcétera, y allá tienen la misma relevancia. Pero sobre todo, fue también un ejercicio de decir como, juepucha, mi otra película sí estuvo en varios de los festivales clase A de Europa, Norteamérica y demás, y pareciera que era como una cosa ahí idealizada, que Matrioshka tenía que pasar por ahí, y si no, pues no tiene existencia. Esta cosa de que si tu película no la validaba Europa y Estados Unidos, pues no vale, no sirve, no es lo suficientemente buena, y me pasó con Matrioshka, porque la presentamos, o la presenté con la gente de ventas a festivales de Europa y de Norteamérica. Y nunca parecía ser suficiente, porque pareciera que no era el tipo de cine colombiano que estaban esperando validar, no era una película que se pudiera analizar desde lo antropológico, desde lo sociológico, desde… Porque eran tres mujeres en una casa hablando básicamente, tres mujeres clase media hablando de sus situaciones, de sus conflictos cotidianos, normales, y parecía que no era suficientemente urgente, pertinente y necesaria de acuerdo a esta mirada, que tiene un tono de superioridad ética, moral, de salvadores del mundo, que tienen algunas personas en estos mercados. Pareciera que no era suficiente.

 

En algún momento alguien cercano me dijo:“Puede que Matrioshka funcione mejor en otros festivales, incluidos los asiáticos”, y para mí fue como un giro inesperado, fue como ¡guau!,y a mí me ha dejado muchos aprendizajes,y muchas reflexiones, todavía sigo masticándolo, y, claro, cuando llega la peli a Asia, y cuando llega a China, que culturalmente sí somos muchísimo más diferentes, y la gente abraza la película, y se emociona, y se queda hasta el final, con funciones con salas gigantes repletas, y se acaba la película, y ruedan los créditos, y la gente sigue sentada en su silla, y no se levanta, y sigue digiriéndola, y sigue siendo como una especie de catarsis colectiva, de ritual colectivo, pues es maravilloso, porque algo que me había pasado acá en unos focus group que hice con la película, era que las personas empezaban a hablar no de la película, sino de sí mismos, entonces eso me parecía encantador, porque la gente empezaba a compartir sus propias experiencias de vida. Entonces yo pensé que eso era muy colombiano, pero cuando me pasa en Shanghái, y la primera persona que se levanta en el día de la premiere, en la sesión de preguntas y respuestas y se echa, sin mentirte, unos seis, siete, ocho minutos, hable, y hable, y hable, y llore, y llore, y llore, y la traductora apenas intentando traducir lo que estaba contando, y cómo la película, y lo que había sucedido en esa hora y media, la había reconectado con su vivencia, con sus silencios, con sus dolores, con sus fracturas, con sus relaciones, con su mamá, con su hermana, con su tía, con su abuela, con todo lo que implicaba. Y entonces fue maravilloso, porque me decía, que si culturalmente somos muy diferentes, en el trato entre los abuelos con los hijos, con los nietos, que en estas cosas podemos ser completamente diferentes, pero en lo más profundo de la humanidad, somos exactamente iguales, y eso hizo que todo valiera la pena realmente. Porque se iba a lo profundo de la humanidad, y no a la superficie, y no es que en Colombia seamos así, es que los humanos somos así.

… en unos focus group que hice con la película, era que las personas empezaban a hablar no de la película, sino de sí mismos, entonces eso me parecía encantador, porque la gente empezaba a compartir sus propias experiencias de vida …

Sin expandirme mucho y cerrando un poquito la pregunta, la película extrañamente no ha tenido mucha circulación, y no ha generado mucho interés en los exhibidores, en los festivales. Quién sabe cuál es la mirada actual, qué es lo que están buscando en términos de cine. Algunas, me imagino, tienen que ser propuestas que exploren mucho más el lenguaje o la forma, o películas que sean urgentes, necesarias, que estén hablando de grandes temas, etcétera. Y pareciera que el gran tema de la familia, y los dolores familiares no está siendo tan grande, y tan importante, y tan urgente, y tan necesario. Pero la película, o sea, desde los focus group, hasta funciones privadas, funciones empresariales, funciones en salas de cine y demás, con la audiencia funciona increíble. O sea, yo estaba en funciones donde las sesiones de preguntas y respuestas, los conversatorios, la gente llorando, compartiendo su historia de vida, saliendo agradecidos, agradeciendo la existencia de la película, agradeciendo la existencia también de que haya un cine en Colombia hecho para adultos, que no es necesario que todo tenga que ser entretención, pero que tampoco tenga que ser tan ecléctico, y que hable de temas adultos, y que permita a los adultos también tener conversaciones. Entonces esta película es para que la gente la abrace, para que se la apropie, para que la circule, ojalá vayan comercialmente a verla, para que apoyen también, pero si no para cuando la vean en televisión, cuando la vean en un DVD pirata, cuando la vean en una página de internet, cuando se la bajen en un torrent, o como sea que se vean ahora; que la acojan, que la circulen, que la recomienden, que se la hagan llegar a esa persona que consideran que le pueda resonar, porque pues está hecha para nosotros, y ese es el objetivo principal.