David Sánchez
El Festival de Cannes 2025 ha consolidado la presencia del cine latinoamericano con un nuevo logro para Colombia: Un poeta, el segundo largometraje de Simón Mesa Soto, ha sido galardonado con el Premio del Jurado en la sección Un CertainRegard. Este reconocimiento reafirma la trayectoria de Mesa Soto, quien ya conquistó la Palma de Oro en 2014 por su cortometraje Leidi y el Premio Fundación Louis Roederer de la Révélation por Amparo en 2021. La sección Un CertainRegard, célebre por destacar propuestas innovadoras y de autor, también premió este año a la chilena La misteriosa mirada del flamenco, de Diego Céspedes, que se llevó el máximo galardón, marcando un hito para la región.
El jurado, presidido por la cineasta británica MollyManning Walker y compuesto por la franco-suiza LouiseCourvoisier, la croata VanjaKaludjercic, el italiano Roberto Minervini y el actor argentino Nahuel Pérez Biscayart, elogió Un poeta por su audaz combinación de humor negro, sátira y humanidad. La presencia de Biscayart, figura destacada del cine argentino, pudo haber influido en la sensibilidad hacia estas narrativas latinoamericanas, que resonaron con fuerza en el festival. El Premio del Jurado, uno de los más prestigiosos de Un CertainRegard, coloca a Un poeta junto a obras como O que arde,de ÓliverLax(2019) e, o Les plus bellesannéesd’une vie, de Claude Lelouch(2019), que han utilizado esta plataforma para proyectarse globalmente.
Rodada en Súper 16 mm en Medellín, Un poeta es una tragicomedia que sigue a Óscar Restrepo (Ubeimar Ríos), un poeta fracasado atrapado en sus glorias pasadas, y su relación con Yurlady (Rebeca Andrade), una joven poetisa. La crítica ha destacado su “humor negro, capacidad de provocación y un gran corazón”, impulsada por la interpretación de Ríos, un profesor de filosofía no profesional que aporta autenticidad al personaje. Durante el festival, entrevistamos a Simón Mesa Soto, quien compartió detalles sobre la creación de Un poeta y su visión del cine colombiano, marcada por la libertad creativa y el deseo de conectar con el público.
Bueno, estamos aquí con Simón Mesa. ¿Qué tal estás?
Bien, bien, llegando un poco, pero bien.
¿Cómo esperas que sea recibida tu película este año aquí?
Espero que sea una plataforma de inicio para que mucha gente la vea, ¿no? Cannes permite que las películas tengan mucha visibilidad y salgan a diferentes países. Creo que, por ser una comedia, también puede llegar… o sea, aspiro a que mucha gente la vea y la pueda disfrutar.
El guion, ¿lo escribiste para el personaje, el actor natural que tenías, o lo escribiste antes sin pensar en él?
No, no lo conocía. Lo escribí pensando en otro tipo de persona. Fue más un encuentro con él durante el proceso de casting que generó… yo creo que él cambió totalmente el personaje. Le entregó una forma muy particular que es muy suya. Antes no veía la película de esa manera, pero obviamente, como el personaje principal es él y lleva consigo la película, la transformó, la hizo suya de cierta manera y le otorgó esta forma que tiene.
Estamos hablando de posibles abusos, una posible denuncia, que es algo serio, pero luego le metes humor, le metes poesía. Esa mezcla, ¿no te dio miedo de que pudieran decirte: “Oye, te estás riendo de algo muy serio”?
Lo que pasa es que uno tiene muchas restricciones en el proceso creativo. La creación artística es una restricción, y ahora vivimos en un mundo muy implacable. Yo creo que hacer esta película fue un poco como dejar de lado cualquier temor y sentirse libre para crear. Recuerdo que, cuando estaba haciendo el guion, también podía sentir algo de miedo, pero tuve una asesora mexicana increíble que me decía: “Ríete de todo, ríete de todo el mundo, no importa, ríete”. Esa es la comedia, entender que es reírse de todo sin restricciones. Reírse de aspectos que pueden ser serios, pero la comedia permite hacer un alto en el camino y simplemente reírse de uno mismo, porque también es reírme de mí mismo, de los dilemas sociales, de ser un hombre, de cómo uno aborda el ser hombre o artista ante la sociedad. La intención no era que fuera algo muy serio, sino ver una situación absurda.
La creación artística es una restricción, y ahora vivimos en un mundo muy implacable. Yo creo que hacer esta película fue un poco como dejar de lado cualquier temor y sentirse libre para crear.
¿Y cómo llegó esta idea a tu mente? Porque también escribes el guion.
Quería hacer una historia de una persona frustrada. El inicio de la escritura fue pensar en mis propias frustraciones, imaginarme si fracasaba en el cine, en esta terquedad que es hacer cine, ¿en qué me convertiría? Dije: voy a hacer la peor versión de mí en veinte años. Conocía un poco el mundo de la poesía por ciertas personas en Medellín, de donde soy y donde filmamos la película. El mundo de la poesía, sobre todo de los “dinosaurios”, los de edades más avanzadas, que se vuelven más anticuados, me parecía muy cómico. Me generaba cierta atención ese mundo, así que me parecía muy interesante narrativa y estéticamente hacer una película. Al principio pensé en un cineasta, pero no era tan interesante para mí hacer una película sobre un cineasta, prefería que fuera sobre un poeta.
Si no hubieras terminado esta película, como cuentas en la película, ¿en qué te hubieras convertido?
En un profesor. Yo soy profesor, en realidad. Daba clase, renuncié hace un año más o menos para hacer esta película, pero estaba como profesor en Medellín, en casi todas las universidades.
Desde que ganaste en Cannes, luego hace tres años La perra, con Carla Melo, estuvo en competición en cortos, Los reyes del mundo ganó en San Sebastián, ahora tú vuelves a estar aquí. ¿Crees que en los últimos diez o veinte años el cine colombiano está cambiando, siendo más internacional? ¿Es producto de que hay más gente interesada en el cine o más gente haciendo películas en Colombia que hace treinta o cuarenta años?
El cine de antes era muy bueno, pero no tenía tanta atención porque, usualmente, al cine colombiano le interesa a muy poca gente internacionalmente. Pero ahora, como hay tantas películas y tanta gente haciendo películas, creo que inevitablemente se genera una tensión particular.
¿Por qué crees que se hacen tantas películas?
Tal vez tenga que ver con los esfuerzos de mucha gente por incentivar la producción del cine, tanto desde el orden nacional, como Proimágenes y el fondo de cine, como desde las regiones, donde se ha impulsado mucho la creación audiovisual. Desde las universidades se han creado programas. Se ha vuelto un camino, una apuesta que muchas personas han hecho. Yo soy parte de esos procesos, porque cuando estudié cine lo hice a través de programas y fondos que impulsaban los estudios en cine.
¿Crees que hay algún mensaje en particular que quieras transmitir con esta película a la gente de Colombia?
Me interesa mucho que, cuando hice esta película, pensé en la audiencia colombiana. En Colombia no vemos mucho cine colombiano, pero tampoco nosotros, como cineastas, pensamos mucho en la audiencia colombiana. Quería pensar en la audiencia, no sé si la vayan a ver muchas personas, pero espero que sí y que la disfruten, que sea entretenida. Buscaba que tuviera valores cinematográficos, pero que también le hablara a la audiencia.
En Colombia no vemos mucho cine colombiano, pero tampoco nosotros, como cineastas, pensamos mucho en la audiencia colombiana.
Hablando de libertad, le veo una diferencia a tu película con el resto: el humor. ¿Crees que falta humor en el cine colombiano?
No sé si falte humor. Creo que sí se ha hecho humor. A mí me faltaba, definitivamente. Uno ve el humor y la comedia como un arte menor, siempre se ha visto así, ¿no? Pero tiene muchos valores. Me interesa jugar con las formas, las posibilidades narrativas. ¿Por qué no hacer una comedia? Pero también se puede pensar que la comedia es mala o para las audiencias, que no es una obra con valores. Yo quería hacer una obra interesante artísticamente, pero que fuera graciosa y que a la gente le interesara verla.
Estás en un festival donde han ganado dos comedias últimamente: Anora el año pasado, El triángulo de la tristeza. Tal vez es el momento de las comedias, tu momento.
Mira, eso no es algo que uno premedite. Ahora que lo mencionas, Anora es comedia, pero es curioso. Llevo cinco años trabajando este proyecto, desde que empieza la idea. De repente, la comedia parece que ahora tiene más protagonismo, ¿no?
Cinco años. ¿Ganar la Palma de Oro de cortometrajes no ayuda a hacer películas de una forma más fácil?
No, ojalá. Creo que la consistencia y la constancia es lo que hace. Espero que esta película me ayude a financiarlas más fácil. Ya he hecho varios cortos y dos largos, entonces espero que el proceso sea más fácil, pero no lo sé. Financiar esta película fue muy difícil, bastante difícil, porque era difícil vender una comedia colombiana sobre un poeta. ¿Qué es eso? Sobre todo en un guion, poetas colombianos con humor negro, ¿a quién le interesa eso? Tal vez en Argentina, porque ahí hay comedia, o en Nueva York, pero en Colombia no interesaba mucho. Fuemuydifícilfinanciarla.
25-05-2025
Cannes (Francia)
FIN